“Hola, no tengo coronavirus, pero necesito que me vea un médico urgente”. Así empieza el correo que una mujer con fibromialgia nos envió a mediados de abril con la esperanza de que le diéramos algún dato útil sobre cómo conseguir una atención clínica en medio de la pandemia. Por esos días, los hospitales empezaban a colapsar con pacientes contagiados de COVID-19 y todas las consultas externas estaban suspendidas desde que entramos en estado de emergencia a mediados de marzo. Los otros pacientes, los que no padecen la infección por el coronavirus que paraliza al mundo, debían esperar en casa hasta nuevo aviso. La pandemia impuso un nuevo orden de prioridades, pero las otras dolencias también necesitan atención: desde una migraña insoportable, un desbalance de insulina hasta un ataque de ansiedad.
La interrupción de citas, operaciones y entrega de medicinas a pacientes con otras enfermedades es un grave problema que ha traído la crisis sanitaria. Si los servicios de salud no ofrecen respuestas inmediatas a este grupo de población, nos exponemos a sufrir sus consecuencias que sin duda recrudecerán el panorama de la salud. No es una situación particular del Perú, sino más bien el estado actual de varios países de América Latina. ¿Qué pasa cuando se cancela la cirugía de una paciente con cáncer de mama porque el hospital ya no tiene suficiente personal? ¿Cómo acceden ahora a sus terapias las personas con VIH sin correr el riesgo de contagio de COVID-19? ¿A dónde va una embarazada que necesita hacerse los controles prenatales y no tiene dinero para una cita particular?
Aunque la crisis ha desnudado casi todas las limitaciones de los precarios sistemas de salud de la región, también ha originado iniciativas y soluciones creativas. Desde que inició la cuarentena, pediatras, cardiólogos, psiquiatras, nutricionistas y oncólogos han empezado a usar sus redes sociales para orientar a personas que necesitan hacer consultas con urgencia. El Colegio de Obstetras del Perú empleó su cuenta de Facebook para lanzar “Tu obstetra en casa”: transmisiones en vivo en donde expertas responden dudas de mujeres embarazadas. En ciertos casos, los sistemas de salud están probando la telemedicina, como por ejemplo Chile, donde la Superintendencia de Salud facultó a los médicos para realizar sus consultas a través de videoconferencia en las especialidades de geriatría, psiquiatría, neurología y endocrinología.
En medio del desconcierto y la necesidad de empatía, surge nuestro especial “Los otros pacientes”: una ventana para atender y no olvidar a las demás enfermedades. Aunque la COVID-19 concentra el interés médico en todo el mundo, las historias de aquellos que luchan contra una dolencia o una condición distinta también merecen atención.