“¡Fuertes y vigorosos! El desayuno escolar de Qali Warma aporta la energía y nutrientes que nuestros escolares requieren para estar más atentos en sus clases”. Con frases como estas publicadas en las redes sociales, el Gobierno promociona los desayunos que reciben a diario más de cuatro millones de niños, niñas y adolescentes en los colegios públicos a nivel nacional. Su publicidad, sin embargo, no refleja la realidad.
Diversas investigaciones publicadas en sus 12 años de funcionamiento alertan que el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma no cumple con su objetivo principal: brindar un desayuno rico en hierro, proteínas, calorías y grasas para que los estudiantes se mantengan despiertos en clase y mejoren su memoria a corto plazo. Sin un buen desayuno, los niños tienen un menor rendimiento escolar.
Uno de los estudios de 2022, publicado por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), evidenció que el 95% de estudiantes de primaria de Lambayeque, Áncash, Lima, Ica, Cusco, Huancavelica y Loreto que sólo comen los alimentos de Qali Warma no reciben las cantidades mínimas de hierro que necesitan con este desayuno. Es decir, no cubren los estándares establecidos por el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAN) -un organismo que depende del Instituto Nacional de Salud- y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La falta de hierro, por ejemplo, es mayor en las regiones de Loreto y Huancavelica y, según advierte el estudio, “podría generar el riesgo de desarrollar anemia”. Esta enfermedad puede ocasionar debilidad, somnolencia, mareos y dificultad para respirar.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores Leslie Miranda, Joel Betalleluz y Mariella Carnero, de la Dirección General de Seguimiento y Evaluación del Midis, entrevistaron a 732 adolescentes, de 12 y 13 años de edad, que cursaban la primaria en colegios urbanos y rurales. De este grupo, 106 escolares desayunan Qali Warma, 154 desayunan en casa, 463 toman ambos desayunos, y de 9 no se obtuvo información. Las entrevistas incluyeron también a sus padres o apoderados para conocer qué alimentos consumieron durante las últimas 24 horas en sus casas, en el colegio y en otros lugares. Así calcularon las cantidades de nutrientes de sus desayunos y las compararon con las recomendaciones del programa.
De los 106 escolares que sólo desayunan la comida de Qali Warma, el 94% de adolescentes no recibe las cantidades mínimas de proteínas, el 81% de energía, y el 51% no alcanza el requerimiento mínimo de grasas.
El estudio evidenció también que los 154 estudiantes que sólo desayunan en casa tienen mejores aportes nutricionales que quienes sólo consumen los desayunos de Qali Warma. En el caso de los 463 escolares que toman dos desayunos, tanto en casa como en el colegio, los resultados son aún mejores. “El déficit en el aporte del desayuno que entrega el programa necesita estudiarse con mayor profundidad”, advierten los investigadores, porque podría deberse a que no consumen por completo la ración.
A partir de estos resultados, los investigadores recomendaron al Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma identificar si los alimentos son agradables para los estudiantes, si los consumen por completo, si las composiciones de las raciones entregadas son adecuadas y, además, verificar su entrega oportuna y su consumo antes del inicio de las clases. En la práctica, sin embargo, hay deficiencias que no están siendo monitoreadas, en parte por la reducción del presupuesto para la contratación de supervisores en los últimos años. Sólo entre 2022 y 2023 este presupuesto disminuyó en 98%: pasó de S/ 51.1 millones a S/ 1.3 millones.
Los economistas Pablo Lavado y Manuel Barrón, de la Universidad del Pacífico, evaluaron también el impacto de los desayunos escolares de Qali Warma. En su estudio de 2019 encontraron que los padres prefieren que sus hijos desayunen en casa, entre otras razones, porque consideran que la ración de Qali Warma es pequeña, porque los alimentos se sirven muy tarde y porque a los niños no les gusta.
Los investigadores se propusieron conocer en una primera fase si el desayuno de Qali Warma cumple con mejorar la atención de los escolares en clase. Para ello, seleccionaron una muestra de 1,864 alumnos de primero a sexto de primaria de 226 colegios para comparar los resultados entre los estudiantes que tomaron el desayuno de Qali Warma antes de rendir una prueba cognitiva y quienes rindieron la prueba sin desayunar. Los investigadores encontraron que Qali Warma tuvo “efectos positivos, pero no estadísticamente significativos en la muestra”. Es decir, no se registró un gran impacto.
En una segunda fase, estudiaron el efecto que tienen los desayunos del Estado en alumnos de primaria, en comparación con aquellos que cursan el primer año de secundaria y que ya no son beneficiarios del programa. En una muestra de 2,043 estudiantes de 175 colegios, los investigadores analizaron su ingesta de alimentos, memoria y atención de corto plazo, así como el estado nutricional y la asistencia escolar. Para ello, usaron datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), realizaron entrevistas a los estudiantes y tomaron en cuenta información proporcionada por el MIDIS. Su conclusión fue que no hubo “diferencias estadísticamente significativas entre los alumnos que se graduaron del programa y los que lo siguen recibiendo”. Probablemente esto se deba a un dato relevante que mencionan los investigadores: ni el desayuno que consumen en sus casas ni el provisto por Qali Warma cumplen con los requerimientos nutricionales sugeridos por el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición y la OMS.
“Encontramos que el consumo del desayuno de Qali Warma no tiene el aporte nutricional sugerido. Por eso, recomendamos implementar un sistema de monitoreo para verificar el cumplimiento de la entrega oportuna e íntegra del desayuno que cubra los nutrientes necesarios y que se asegure la correcta ingesta por parte de los usuarios”, señalaron los investigadores.
Desde su implementación en 2013, Qali Warma ha sido cuestionado repetidas veces por corrupción, interrupciones en las entregas de desayunos y hasta por intoxicaciones que pusieron en riesgo la vida de cientos de niños y niñas. Uno de los casos más graves ocurrió en julio de 2018 cuando 463 estudiantes de primaria de seis colegios de la provincia de San Vicente de Cañete, al sur de Lima, empezaron a sentir náuseas y malestares luego de beber una compota de fresa con plátano distribuida por uno de los proveedores.
Como consecuencia de esta intoxicación masiva que fue atendida en diversos servicios de salud, la entonces ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Liliana La Rosa, anunció la reestructuración de Qali Warma para asegurar la correcta prestación del servicio en beneficio de los más de 4 millones usuarios. Fue así que una comisión conformada por siete funcionarios del MIDIS presentó en septiembre de 2018 un informe con 192 recomendaciones a implementar a corto y largo plazo.
El informe recomendó incorporar al programa objetivos nutricionales con acciones específicas para abordar la desnutrición crónica, anemia, deficiencia de ingesta de micronutrientes como hierro y zinc, sobrepeso y obesidad, e inadecuados hábitos alimentarios. Sin embargo, no se han cambiado los objetivos hasta la fecha.
Para Pedro Francke, exministro de Economía y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, estos objetivos deberían modificarse, porque ya existe un programa social -Juntos- que le da S/ 200 bimestrales a las madres con la condición de que sus hijos vayan al colegio, y porque las tasas de asistencia escolar en primaria y secundaria son altas. “El objetivo podría ser nutricional, una oportunidad para mejorar la alimentación de los escolares, pero eso requiere tener un buen diagnóstico del problema en los escolares”, afirma.
Francke reflexiona también sobre el problema de la obesidad en el Perú y cuestiona que en Qali Warma se den productos industrializados y ni una sola fruta o verdura pese al millonario presupuesto anual que se maneja. Parte de ese problema, explica, es por la falta de descentralización con compras locales que incluya verduras, frutas y carnes. “Todo termina dependiendo del MIDIS con unos comités de compras regionales en los que supuestamente participan los padres de familia, pero la verdad es que esa participación es muy escasa, restringida y controlada. Todo termina en grandes compras de productos industrializados o semi industrializados en vez de promover productos locales y una mejor alimentación”, dice.
En una de sus investigaciones, realizada junto con los académicos Diego Quispe y Gustavo Acosta, Francke evaluó si los desayunos de Qali Warma incrementan la incidencia del sobrepeso y la obesidad en niños y niñas de 3 a 5 años de edad que reciben los alimentos en las modalidades “sólo desayunos” y “desayunos más almuerzos”. Luego de analizar una muestra de 21,034 escolares, el estudio halló que la modalidad de “desayunos + almuerzos” reduciría la incidencia de la obesidad y que la modalidad “sólo desayunos” no tendría ese efecto.
Otra investigación, con información de la Endes y datos del Midis para el periodo 2014-2017, halló que no se le puede atribuir a Qali Warma efectos sobre la anemia ni sobre la desnutrición crónica infantil. “En ningún caso, el efecto de recibir este plan parece mejorar o deteriorar los niveles de hemoglobina de los niños”, destacó el estudio.
Pese a la urgente necesidad de reformas en Qali Warma en beneficio de los niños, niñas y adolescentes del Perú, los diferentes gobiernos no han mostrado interés en mejorar el programa. En 2023, se creó una comisión sectorial para formular nuevamente recomendaciones a los desayunos escolares y reorganizar Qali Warma, pero aún no se implementan los resultados. Salud con lupa solicitó al programa detalles sobre el nivel de avance e impactos del programa en 12 años de funcionamiento, pero sus funcionarios declinaron dar declaraciones.
Galletas con grasas saturadas al límite
La Contraloría hizo un análisis independiente a los desayunos que Qali Warma ha entregado en diferentes colegios de Lima Metropolitana. En un informe advirtió que todas las variedades de galletas distribuidas por el Consorcio Soan, de la familia Jiménez, contenían grasas saturadas cercanas al límite permitido por Qali Warma en 2020. Además, sus galletas de kiwicha y el néctar de frutas no cumplían con el porcentaje de energía, proteína y hierro requeridos por el programa. En ese entonces, Consorcio Soan estaba integrado por Grupo Soan, cuyo apoderado es Luis Ángel Jimenez Ñahui, y Soan Agroalimentos, en manos de la esposa de Luis Ángel, Edith Nancy Espinoza Jiménez. Un año después, estas dos empresas fueron impedidas de contratar con Qali Warma por presentar documentación falsa.
Un segundo informe de la Contraloría publicado este año también advierte de las condiciones higiénicas del almacén del Consorcio Isca, otra de las empresas del grupo familiar Jiménez. Según el documento, se encontraron objetos que no eran parte del proceso de producción de los alimentos y algunas bebidas en el suelo del local.