Desde muy temprano, una vez a la semana, mujeres de la Red de Ollas Comunes de Lima encabezan un pequeño programa de recolección y recuperación de alimentos en el Gran Mercado Mayorista, ubicado en Santa Anita, donde consiguen productos frescos y variados para la preparación de los menús de las comunidades que atienden. A través de esta iniciativa recuperan, principalmente, hortalizas y algunas frutas retiradas por cuestiones de tamaño o calidad comercial, pero que siguen teniendo valor nutricional y están aptas para el consumo. Las jornadas empezaron en diciembre de 2021 y no se han detenido. Hasta ahora, han recuperado unas 28 toneladas de alimentos.
Se estima que 12,8 millones de toneladas de alimentos, casi la mitad del suministro total del país, se pierden a lo largo de la cadena que se inicia con la producción y culmina con el consumidor final. ¿Sería posible extender el rescate de alimentos para recuperar más? El proceso puede empezar por la capital con la ordenanza metropolitana que aprobó el Concejo de Lima a comienzos de setiembre, y que involucra la participación de todos los municipios distritales en la recuperación de alimentos frescos en más mercados de abasto.
Conversamos con la regidora Jessica Huamán, actual Decana del Colegio de Nutricionistas de Lima, sobre esta medida y el rol del futuro alcalde metropolitano en la lucha contra el hambre.
Después de más de un año de espera se aprobó la ordenanza de recuperación de alimentos en mercados de abasto y mayoristas de la capital. ¿Cuál es el siguiente paso para su aplicación y qué importancia tiene?
La ordenanza de recuperación de alimentos de mercados de abasto y mercados mayoristas consiste en implementar el Programa “Lima: recupera y alimenta”. Este programa busca que los municipios distritales se puedan sumar a la recuperación de alimentos, se pueda hacer un registro de las brigadas de recuperación y se pueda sensibilizar en educación alimentaria a los trabajadores de mercados y organizaciones sociales. Así se tendrá claro el impacto de esta actividad en el sistema alimentario. Con esta ordenanza, las municipalidades tienen que asumir una responsabilidad en la recuperación de alimentos.
Actualmente, hay algunos mercados que recuperan alimentos de manera espontánea, pero necesitan capacitación en protocolos sanitarios. ¿La ordenanza incluye una participación del Ministerio de Salud a través de la Digesa?
Hay una participación de las municipalidades distritales para que se implemente toda la logística de apoyo a la recuperación de alimentos que hacen ollas comunitarias y organizaciones sociales de base. Anteriormente, ha sucedido que, al no estar regulada la recuperación de alimentos, se ha generado desorden e incluso un potencial aprovechamiento de algunas personas inescrupulosas. Eso es lo que ahora se quiere evitar. Por ejemplo, la recuperación de alimentos en la Empresa Municipal de Mercados (EMMSA) se hace de forma gratuita a través de un acuerdo con la red de ollas comunes. Además, EMMSA tiene un convenio con el Banco de Alimentos.
La recuperación de alimentos también se ha estado practicando en el mercado mayorista del Valle Chillón, el Mercado Mayorista de Frutas y en algunos distritos como Independencia, cuyo municipio apoya con camiones para poder trasladar los alimentos a las ollas comunes. Estamos viendo la posibilidad de que el Programa Mundial de Alimentos también pueda apoyar.
¿Qué cantidad de alimentos en mercados de abasto de Lima se puede recuperar con una buena aplicación de esta ordenanza?
Hay un dato está muy ligado con lo que se ha recuperado a través de la Empresa Municipal de Mercados desde el año pasado. Desde diciembre de 2021 hasta la fecha, la red de ollas comunes de Lima ha podido recuperar más de 28 toneladas de alimentos. Esto solamente recuperando un día a la semana en la mañana, lo que ha servido para alimentar a más de 45.000 personas. Pero qué pasaría si se realiza la recuperación de alimentos de forma diaria, con mayor cantidad de horas, en más mercados. Evidentemente, se podría recuperar mucho más.
Hay una iniciativa del Colegio de Nutricionistas de Lima para que los candidatos a la Alcaldía de Lima firmen un pacto por la nutrición. De hecho, está incluida la aplicación de esta ordenanza entre los compromisos. ¿Cuántos candidatos se han sumado?
Dentro de este compromiso están incluidas varias de las acciones u ordenanzas que se han podido sacar adelante en los últimos años: la recuperación de alimentos, la protección de los valles, la agricultura urbana, etc. Lo que se busca es que sus promesas tengan sustento técnico.
Los candidatos están hablando de hambre cero en sus campañas. Justamente, este compromiso está ligado a salud infantil temprana, alimentación saludable, seguridad alimentaria. Esto último incluye el trabajo conjunto con ollas comunes, comedores populares y también el impacto nutricional que habría en los beneficiarios.
Hasta el momento solamente han confirmado tres candidatos: la candidata de Frente Esperanza, el candidato de Perú Libre y el candidato de Juntos por el Perú. Pedimos que los demás candidatos se sumen.
Hay candidatos que han prometido el 10% de todo el presupuesto de la municipalidad para las ollas comunes. Otros plantean duplicar su actual presupuesto. ¿Esto es técnicamente viable?
Desde la Municipalidad de Lima no se tiene un presupuesto específico destinado al trabajo con ollas comunes porque el Gobierno central es el que brinda hasta ahora las canastas de alimentos. Sin embargo, el municipio las apoya a través de Manos a la olla. Se analizan donaciones que llegan a la Fundación Lima para que puedan llegar a las ollas comunes. Además, se promueve la recuperación de alimentos en EMMSA y se ofrece educación alimentaria.
El problema con ese tipo de promesas de destinar presupuesto de la Municipalidad de Lima para las 43 municipalidades es que no se está tomando en cuenta la responsabilidad que tiene el municipio distrital con las ollas comunes en su jurisdicción. Además, las ollas comunes son organizaciones de base de carácter temporal y la ley dice que van a dejar de existir un año después de terminada la emergencia. No hay que perpetuarlas porque estas tienen un tiempo de vigencia para que puedan apoyar a la comunidad hasta que salga de esa situación de pobreza.
¿Cómo podría estar más presente la Municipalidad de Lima?
Puede participar más en el fortalecimiento de capacidades de la población para que pueda emprender y generar iniciativas empresariales y de microempresas. De esa forma, crecer a nivel económico y salir de la pobreza para brindarle una mejor alimentación a sus familias. En la Red de Ollas Comunes de Lima Metropolitana tienen panaderías artesanales y algunos emprendimientos de tejidos ayacuchanos.
Hay que tener en cuenta también que la Municipalidad de Lima tiene ahora un presupuesto bastante reducido en comparación de lo que se tenía antes por la menor recaudación que se ha hecho. Es importante saberlo porque si no se hacen falsas promesas a la población y se genera falsa expectativa.
Y sobre todo también hemos escuchado a las lideresas de ollas comunes sobre el riesgo de politización de los presupuestos para las ollas cuando estos recursos son entregados a los municipios y no de forma directa a las organizaciones.
Si bien hemos saludado la aprobación de la ley de ollas comunes, hay muchos puntos por subsanar y uno de ellos, que ha vuelto muy burocrático el proceso de inscripción de las ollas comunes, es el doble registro para que puedan ser consideradas organizaciones.
El registro recae exclusivamente en el gobierno local y hay denuncias de politización. Es preocupante esa situación porque se está generando todo un proceso burocrático por una norma tuvo al inicio una buena intención. Además, varios de los informes de la Defensoría del Pueblo mencionan que, lamentablemente, se han generado procesos de clientelismo político con las ollas comunes. Hay una situación complicada y debe transparentarse.
¿De qué manera puede contribuir a la lucha contra la desnutrición crónica la Municipalidad de Lima? Tomemos en cuenta que uno de los principales problemas de las ollas es su falta de acceso a alimentos frescos y variados.
Por un lado, la recuperación de alimentos va a dar lugar a una mayor variedad de productos frescos que son de lo que más carecen las ollas comunes porque lo que se les brinda desde el Gobierno Central son alimentos no perecibles. Por otro lado, en la agricultura urbana se puede tener acceso a alimentos frescos y de esta forma dar la posibilidad de generar un proceso más nutritivo del consumo de los alimentos en las ollas comunes.
Es importante reiterar que hace falta que se apruebe la ordenanza de promoción de la agricultura urbana, que ya va a cumplir un año dentro de la Municipalidad de Lima y se sigue revisando.
Es un año particularmente complicado para la agricultura en el Perú por la crisis de fertilizantes y factores internos que han empeorado la situaciòn de esta actividad. ¿Cómo se va a reflejar en la seguridad alimentaria en el corto y mediano plazo?
Seguridad alimentaria significa tener acceso físico, económico y social a alimentos suficientes, seguros, inocuos y nutritivos. Con un menor acceso a urea, va a existir menor posibilidad de siembra que cubrir las necesidades de la población. Esto significa que habría menor cantidad de alimentos disponibles.
Va a afectar a la población en general porque algunos pueden tener mayor poder adquisitivo para comprar el alimento, pero a mayor precio. Y los que no tienen poder adquisitivo, no los conseguirán o accederán a algunos de mucha menor cantidad salvo que los produzcan ellos mismos.
Lamentablemente, ahora solo se habla del acceso a urea, pero las consecuencias las vamos a ver en los próximos meses. Porque ahora hay una escasez de urea, luego habrá poca disponibilidad de alimento, lo que se verá reflejado sobre todo en una malnutrición aguda, que es lo que más se ve en la población que tiene deficiente acceso a alimento. La alimentación es un derecho y debería ser garantizado por el Estado. Esta crisis va a afectar a toda la cadena alimentaria.
¿Y qué alimentos serían los que más van a estar afectados por la urea?
La urea se utiliza generalmente en los alimentos que necesitan un aporte nitrogenado para poder hacer una cosecha nutritiva. Y va a ver un reemplazo de alimentos que no necesitan fertilizantes para crecer. Pero veamos que esa deficiencia va a afectar sobre todo a los agricultores de gran escala porque ellos necesitan ese tipo de fertilizantes. Y no se están viendo oportunidades de generar espacios en donde se produzcan fertilizantes orgánicos. Acá en Lima hay un montón de espacios que se podrían utilizar para generar estos fertilizantes, pero se ha esperado mucho tiempo.