Hace más de dos décadas, el abogado Jaime Delgado fundó la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) para librar una batalla que en los noventa era solitaria, pero que fue sumando aliados cuando más personas empezaron a entender la necesidad de denunciar los abusos de las empresas de servicios con las personas. Delgado fue el principal promotor de diversas reformas importantes en el país, como la ley que obligó a los bancos a informar sus tarifas de cobro de comisiones en los cajeros, la eliminación del cobro por el estado de cuenta de una tarjeta de ahorro y crédito y el libre ingreso de comida a las salas de cine que antes estaba monopolizado por los concesionarios de las cadenas de proyección cinematográfica. Su trabajo en defensa del consumidor lo llevó a la política y fue electo congresista para el período 2011-2016. En ese período, Jaime Delgado logró la aprobación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, pero pasaron más de cinco años para que el Estado reglamente su aplicación.
Por estos días, Delgado se dedica a la asesoría legal y es docente universitario, pero no deja de usar sus redes sociales para denunciar los abusos en contra de los consumidores, como por ejemplo, los nuevos trucos de las empresas de productos comestibles para evitar usar los octógonos de advertencia de azúcar, sal y grasa trans. Este abogado promovió la investigación contra el cereal Ángel Mel del Grupo Alicorp por engañar al público sobre sus componentes y anuncia nuevas demandas contra otros productos en el mercado.
En esta entrevista, Jaime Delgado pide estar muy alerta a las acciones de la industria de alimentos y de ciertos partidos políticos que nunca apoyaron la implementación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes.
¿Cuáles son los objetivos principales a los que se aspira llegar con el inicio de etiquetado octogonal en los alimentos procesados?
Los consumidores que carecen de formación nutricional no son capaces de descifrar qué significa 5 miligramos de sodio en una porción de 32 gramos de galleta. Por eso, se dejan guiar por la publicidad y la moda. Por eso terminan comiendo cosas a ciegas. Ante esto, el etiquetado frontal busca simplificar el lenguaje, poner en evidencia los altos niveles de azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans de los productos procesados para que las personas sin formación nutricional y los niños puedan decidir de una mejor manera. A la larga, vamos a presionar a la industria de alimentos a modificar la composición de sus productos, porque si no los reformulan sus ventas caerán. Estamos preparando nuevas demandas sobre alimentos industrializados que tienen publicidad engañosa.
En otros países se ha reducido la cantidad de azúcar, sal y grasas trans en la composición de algunos productos...
Claro. Un ejemplo sería la venta de productos con grasas trans, grasas hidrogenadas o aceites hidrogenados, que todavía estarán permitidos en el Perú hasta el 2021, a pesar de que en otros países ya fueron prohibidos. Lo que pasa es que nosotros aún estamos en la etapa de obligar a la empresas a que adviertan la presencia de grasas trans, mientras en otros países ya fueron eliminadas totalmente. Dinamarca es el pionero en impulsar esta restricción y luego le siguió Austria, Hungría y Letonia. Asimismo, la Unión Europea estableció que para el 2021 todos sus países integrantes seguirán la política danesa.
En el Perú, la Sociedad Nacional de Industrias dijo que el etiquetado octogonal que ahora usamos es exagerado ¿Cómo puede perjudicar a las empresas un etiquetado así?
La industria ha venido boicoteando la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes desde el principio. No lo hace sobre bases científicas, sino sobre una base estrictamente económica. Entonces, sus críticas generalmente han carecido de fundamentos. El único fundamento que tienen es el interés económico y lamentablemente las empresas tienen el poder del dinero. Con ese poder han conseguido el apoyo de ciertos sectores de la prensa para poner publicidad y de ciertos sectores de la política porque no sabemos a cuántos partidos o políticos han financiado. (...) ellas defienden su negocio.
Usted ha identificado a ciertos políticos que apoyan a la Sociedad Nacional de Industrias…
[El partido político] Fuerza Popular fue clarísimo en ponerse del lado de la industria. En junio de 2018, Keiko Fujimori le pidió al presidente Martín Vizcarra la cabeza de la ministra de salud [Silvia Pessah] porque no le gustaba el etiquetado octogonal. Tan claro como eso.
En el Perú, las empresas que fabrican alimentos ultraprocesados también auspician colegios profesionales vinculados a la salud...
Lamentablemente muchos colegios de profesionales han estado mediatizados, con las manos atadas, porque se acostumbraron a recibir financiamiento de la industria. Si la industria te financia, no le vas a morder la mano. De esa manera, logra el silencio de muchos gremios de profesionales. Eso debería ser abolido, pero no lo hacen porque los colegios dicen: “¿y quién nos va a financiar?” Entonces la industria les pone dinero y con eso compran su silencio.
¿Usted ha recibido presiones por alertar permanentemente sobre los trucos de la industria para saltarse el etiquetado aprobado?
Sí, por supuesto. He perdido muchos amigos en este proceso, amigos que se vendieron, que se pasaron al otro lado por el poder del dinero.
Fue presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios por varios años ¿Qué tipo de denuncias reciben o qué investigaciones han realizado referente a los alimentos procesados?
Fui fundador y presidente de Aspec. Ahora colaboro en algunas acciones legales de la asociación que buscan poner en evidencia la necesidad de cambios en favor de los consumidores. Por ejemplo, yo llevé la causa de derecho para que los usuarios puedan llevar su propia canchita a los cines. Fue un proceso legal contra Cinemark y Cineplanet que duró más de un año y medio. Logramos que el Indecopi reconozca la práctica abusiva en contra de los consumidores al prohibirles el derecho de llevar alimentos saludables a las salas de cine. Este fue un hecho histórico para el país y probablemente será imitado en otros países de América Latina.
Hay grandes empresas de alimentos procesados y ultraprocesados que dicen que si hay problemas de obesidad no es por sus productos, sino porque carecemos de un buen estilo de vida. Porque no hacemos actividad física y comemos en exceso…
El problema está en que sus productos no son alimentos. Deberíamos dejar de llamarlos alimentos. Lo que ellos venden son productos procesados comestibles. El alimento es el que sale de la naturaleza, el que se puede transformar mínimamente por medio de la cocción o estabilización. Pero esas fórmulas químicas que están en los snacks no deberían llamarse alimentos. Ellos andan diciendo que no hay alimentos ni buenos ni malos, que es bueno comer un poco de todo. Sí, es bueno comer un poco de todo siempre que uno coma alimentos, pero lo que ellos venden no son alimentos.
¿Se necesita modificar uno de los aspectos de la norma que exonera de colocar los octógonos en las etiquetas de productos de tamaños menores a los 50 centímetros cuadrados?
Yo espero que se modifique porque es un exceso haberlo fijado en 50 centímetros.
Entonces ¿Qué se debería hacer?
Reducir a 20 centímetros el envase donde no será obligatorio el uso del octógono y seguir la propuesta inicial del propio Ministerio de Salud. Cuando el ministerio pre publicó la norma lo fijó en 20 centímetros; pero, inexplicablemente, cuando se publicó la norma se subió a 50 centímetros. Es obvio que eso se dio por presiones de la industria. ¿Cuál sería la razón para no poner el octógono en un envase de 50 centímetros? No hay ninguna razón técnica. Además, no contentas con eso, algunas empresas han reducido el envase de sus productos para eludir la responsabilidad de las advertencias.
¿Es viable esa modificación?
Sí, claro.
¿En cuánto tiempo podremos ver cambios gracias a la Ley de Alimentación Saludable?
Los cambios en la salud de las personas se notarán en quince años. El cambio no se va a ver en el corto plazo. Además, se debe incluir otras medidas asertivas porque no solamente es el etiquetado. Es necesaria un mejora en la educación nutricional, una mayor promoción de la actividad física y un punto importante será la restricción de la publicidad de la comida chatarra. Son un conjunto de medidas que habrá que tomar para poder ver cambios reales en quince años.
¿Qué sanciones tendrán las empresas que no cumplen con el etiquetado nuevo en los alimentos?
Deben ser multadas y el Indecopi tiene que jugar un rol importante en la fiscalización. De la misma manera, el Ministerio de Salud tiene que realizar un monitoreo constante y tomar muestras y análisis de los productos para determinar si es verdad lo que han declarado las empresas en la composición de sus productos.
La Digesa otorga el registro sanitario de los alimentos basada en los documentos que entrega la compañía y no hace evaluaciones de producto independientes...
Si esta dirección del Ministerio de Salud no comprueba y solo se guía de las declaraciones precarias de las empresas, peca de ingenuidad.
