La espinaca es vista como un alimento saludable, pero un análisis de muestras recogidas en mercados de Lima y Callao revela otra realidad: contiene residuos de hasta seis pesticidas, uno de ellos prohibido en el país. Los resultados, obtenidos por el Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos, evidencian que el uso de agroquímicos sigue fuera de control y que no se puede garantizar la inocuidad de lo que llega a la mesa.