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Adiós al mito: los cigarrillos electrónicos dañan como los tradicionales

El 23 de agosto falleció la primera víctima del consumo de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos y hay decenas de casos potenciales identificados. Este hecho confirma lo que advierten varios estudios relevantes sobre el daño de estos productos pese a que se promocionan como más saludables que los cigarrillos tradicionales.

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Ilustración: Pixabay

La publicidad de los cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos) como una alternativa más saludable que los tradicionales se derrumbó. El pasado 23 de agosto, funcionarios de salud del estado de Illinois (Estados Unidos) confirmaron la muerte de una persona que tenía una enfermedad respiratoria asociada al consumo de cigarrillos electrónicos, lo que evidencia que son tan dañinos como los convencionales.

"Hemos detectado 193 casos potenciales, no todos confirmados, de enfermedad pulmonar grave, asociada al uso de cigarrillos electrónicos en 22 estados y se ha informado de una muerte en Illinois", afirmó Ileana Arias, del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Un mes antes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había emitido un informe sobre el tabaco en el que aseguró que los cigarrillos electrónicos son un grave problema de salud pública y recomendó su regulación en todos los países donde están a la venta.

¿Qué es un cigarrillo electrónico? Es un dispositivo a pilas que sirve para fumar. Contiene líquidos de nicotina, saborizantes y sustancias químicas que se inhalan en forma de vapor. Su publicidad se basa en que no son peligrosos para la salud, pero esto fue puesto en tela de juicio en diversos estudios científicos y se ha acumulado evidencia que desmiente esta idea basada fundamentalmente en el marketing.

Ya en el 2015, varios grupos de investigación argumentaron durante la Conferencia Internacional de la Sociedad Torácica Americana que el consumo de cigarrillos electrónicos genera alteraciones en las células pulmonares y efectos sobre el tejido cardiovascular.

Otro estudio del 2018 presentado en el Frontiers in Physiology concluyó que los cigarrillos electrónicos son dañinos incluso si no cuentan con nicotina, pues se observó que también los químicos aromatizantes (sobre todo los de sabor a vainilla y canela) producen inflamación y daño tisular en el organismo. En junio de 2019, un estudio del Centro Médico de la Universidad de Kansas reveló que los e-cigarrillos provocan la “tos de fumador” y deja propenso al consumidor a enfermedades respiratorias.

La muerte del paciente consumidor de este producto ocurrida el último viernes ha disparado la alerta en las organizaciones de salud, sobre todo en Estados Unidos, donde la FDA ha dispuesto una investigación sobre los estándares regulatorios de los cigarrillos electrónicos. La OMS ya ha pedido mayor regulación para el uso de los cigarrillos electrónicos y la prohibición de la publicidad engañosa en todos los países donde están en el mercado.

En sus recomendaciones, la OMS incluye que se prohíba a los menores de edad y grupos vulnerables de la población el uso de los e-cigarrillos, se tomen medidas para evitar la exposición al humo de estos dispositivos y se eviten lobbies de la industria que perjudican la lucha contra el tabaco.

Los e-cigarrillos están relacionados al tabaquismo, una enfermedad que cada año mata a más de 8 millones de personas en el mundo, es decir, a la mitad de los adictos.

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