Hay un tipo de cigarrillo electrónico que está seduciendo a los adolescentes y jóvenes: uno desechable, con un aspecto maximalista parecido al de un USB, de colores brillantes y formas redondeadas y de una variedad de sabores que imitan a las frutas, bebidas energéticas y los ositos de goma. Por su precio accesible, la marca Elfbar, fabricada por la empresa china IMiracle Shenzhen Technology, está entre los productos más populares que ya se venden en varias partes del mundo: países de la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos, China, Malasia, Corea del Sur, Colombia y desde 2021, en Perú.
Cualquier día y, a cualquier hora, un menor de edad puede entrar a una bodega o una cadena de tienda minorista donde hay góndolas que los ofrecen y comprar este producto como si pidiera un helado. Los vapeadores no tienen una reglamentación en el Perú y están ingresando al país sin necesidad de registro sanitario y control alguno para su promoción y venta al público.
Los productos Elfbar se fabrican en Shenzhen, la ciudad china donde se produce el 90% de los cigarrillos electrónicos del mercado global. Y las empresas Smoke Station, Indy E-CIGS Perú, Smoke House, Vapemode Perú, Vapore Comercializadora y Vapo Perú son sus principales importadoras, lo que ha creado un mercado donde ahora compiten también diversas marcas chinas similares a Elf Bar que buscan captar a los consumidores más jóvenes. Un mercado que crece sin que las autoridades evalúen la evidencia sobre los riesgos para la salud de los cigarrillos electrónicos y elaboren políticas públicas dirigidas a proteger a los usuarios, como ya lo advierte la Organización Panamericana de la Salud.
Los vapeadores desechables pertenecen a la cuarta generación de cigarrillos electrónicos, el último grupo de dispositivos que ha desarrollado esta industria y que, a diferencia de sus predecesores, se han diseñado para seducir a la Generación Z (los nacidos entre 1997 y 2012), una población que creció con mayor conciencia de que fumar tabaco mata, pero que percibe los vapeadores como inofensivos. “Los fabricantes usan una estética de colores brillantes para enganchar a los menores de edad y ofrecen múltiples sabores que hacen que piensen que son benignos y divertidos", dice la psicóloga y profesora de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard, Susan Linn. El problema con estos dispositivos de un solo uso está en que, además de generar un mayor volumen de desperdicios, varios utilizan sales de nicotina que permiten inhalar mayores concentraciones de nicotina sin que los usuarios estén plenamente informados de ello o puedan saber con claridad todo lo que inhalan.
El diseño de los vapeadores Elfbar se adapta al estilo de vida de los jóvenes: su batería se recarga -como si se tratase de celulares o audífonos- mediante un cable USB. Ofrecen un número limitado de caladas, pero es sencillo ir a una tienda y adquirir otro del mismo sabor o probar uno nuevo. Tal vez por esa practicidad, se ha convertido en la segunda marca de vapeadores desechables más importada en Perú después de Relx, de propiedad de la compañía Shenzhen YiHaoJi Technology Co, Ltd. Según los reportes de Aduanas revisados por Salud con lupa, hay una variedad de cigarrillos electrónicos desechables chinos en el mercado local que incluyen también a las marcas Ijoy y Waka, Smok, Uwell, Zovoo, HQD y Geek Bar.
El caso de Elfbar es particularmente preocupante por las alertas que ya tiene: sus vapeadores con sabor han sido rechazados en Reino Unido y Estados Unidos por exceder los límites de nicotina y por promocionarse para atraer a menores de edad, lo que está prohibido en esos países, donde hay políticas específicas para la venta de cigarrillos electrónicos. Por eso, las agencias sanitarias han solicitado sanciones y la empresa ya ha tenido que retirar su publicidad de los espacios públicos. Mientras tanto en nuestro país se venden sin conocimiento y sin control alguno sobre lo que están inhalando los peruanos más jóvenes.
China produce, pero ya no consume
En 2003, el farmacéutico chino Hon Link presentó la primera versión de cigarrillo electrónico y un año después lo introdujo al mercado de su país. El prototipo de Link se vendió luego a Fontem Ventures, una filial de la compañía Imperial Tobacco del Reino Unido que empezó a comercializarlo. Para el 2015, China cubría más del 80% de la demanda mundial de cigarrillos electrónicos, lo que hizo que varias otras fábricas desarrollen sus versiones y los exporten a otros mercados.
Este es el caso de Relx, una marca de cigarrillos electrónicos que fundó la empresaria Kate Wong en 2018. Este vapeador de colores metálicos se distribuye en el mercado peruano a través de la subsidiaria YHJ Perú SAC, constituida por el ciudadano chino Dashuai Zhao y la compañía YHJ, que posee la mayor parte de las acciones. Aunque otras importadoras también lo comercializan desde 2019 (Twinovo, SAQG, Nikita y Vapo Perú), YHJ Perú SAC concentra el mayor volumen de importaciones del producto que ya tiene un fuerte competidor: Vuse, de la tabacalera British American Tobacco, importado desde 2022.
Si bien China es la sede de producción de la mayoría de los cigarrillos electrónicos desechables, este país ha puesto reglas al consumo interno: se ha prohibido la venta de vaporizadores con sabores distintos del tabaco porque resultan más atractivos para los jóvenes y menores de edad. Ante ello, los fabricantes buscan mercados donde este tipo de vapeadores ingresen sin problemas. Así han llegado también a Bolivia, donde al igual que Perú no están regulados los cigarrillos electrónicos. Entre enero del 2022 y junio del 2023, se importaron 224 toneladas por un valor que alcanza el millón y medio de dólares, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
En Bolivia, la mayoría de importadores de cigarrillos electrónicos son empresas que se dedican a vender otros artículos, desde enseres domésticos hasta piezas de repuestos para vehículos. Los vapeadores desechables son los más promocionados en redes sociales y se venden en tiendas minoristas, dentro de supermercados y a través de Whatsapp sin que haya verificación si los compradores son menores de edad.
No declaran su composición
Las importadoras que traen al Perú los vapeadores desechables no tienen la obligación de declarar qué sustancias contienen ante la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid) para conseguir un registro sanitario. Solo los registran en Aduanas como dispositivos electrónicos y, en algunos casos, han pasado como cosméticos. Luego, van directamente a las tiendas distribuidoras y comercializadoras.
En 2019, el Ministerio de Salud (Minsa) anunció que publicaría una norma para regular el uso y la venta de cigarrillos electrónicos, pero no hay ningún avance relacionado a este compromiso. En el Congreso, los proyectos de ley que proponen una regulación para estos productos no consideran aspectos relevantes, como la obligación de que las empresas informen al Minsa de qué están compuestos los vapeadores y sus líquidos para obtener un registro sanitario. Varias de estas iniciativas legislativas, las generadas por los congresistas Lady Camones, Katy Ugarte, Rosio Torres y Alejandro Soto, se han unificado y aprobado por la Comisión de Defensa del Consumidor, lo que significa que podrán ser debatidas en el Pleno de la nueva legislatura.
Si se aprueba bajo los términos en los que actualmente está redactado el proyecto de ley unificado, podría terminar beneficiando a las empresas de cigarrillos electrónicos, ya que solo se les pide que 70% de ambas caras del empaque de los vapeadores deben incluir frases o imágenes que adviertan sobre los riesgos para la salud y que lleven impresa la frase “prohibida su venta a menores de 18 años”.
Estados Unidos intenta poner freno
Cuando los vapeadores Elfbar se convirtieron en la tercera marca de cigarrillos electrónicos más vendida en Estados Unidos a finales 2022, solo superada por Vuse y JUUL, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) reaccionó con algunas medidas para limitar su consumo. Se ordenó la incautación de los productos con sabores a frutas y dulces prohibidos en su territorio y se notificó a tiendas de vapeo y otros vendedores minoristas que se les multaría si continuaban vendiéndolos.
El consumo de vapeadores entre el público adolescente y joven en Estados Unidos se ha convertido en una epidemia: la última encuesta nacional, realizada a estudiantes menores de 21 años, evidenció que 6 de cada 10 estudiantes que vapean utilizan cigarrillos electrónicos desechables. Además, 9 de cada 10 usuarios prefiere los productos con sabor, siendo fruta, dulces y menta los más consumidos.
A pesar de las primeras medidas de control, la FDA ha comprobado que los vapeadores Elfbar se siguen comercializando, por lo que ha llegado a solicitar multas civiles contra 22 empresas minoristas por el valor de US$19,192. Este monto representa menos del 1% de los más de 271 millones de dólares que su fabricante chino ha generado en ventas en Estados Unidos solo en el 2022. Tal vez por esa razón la compañía se aferra a este mercado y ha cambiado de nombre a EBCreate para seguir disponible en las tiendas.
Documentos de registros públicos demuestran que el abogado que solicitó registrar esta nueva marca es el mismo que representó a Elfbar en pedidos anteriores, según reveló la agencia Associated Press. Aunque en los papeles no se hace mención a la empresa fabricante (IMiracle Shenzhen) sino a Nevera HK, una compañía de Hong Kong, los códigos QR que llevan a la nueva versión del producto son los mismos que se encontraban anteriormente en los paquetes de Elfbar al igual que el código de licencia asignado por la Administración Estatal de Monopolios de Tabaco de China, la máxima autoridad reguladora en ese país.
Rechazados en el Reino Unido
A comienzos del 2023, Elfbar fue retirado de los principales supermercados del Reino Unido luego de que una investigación del periódico Daily Mail revelara que tres de sus cigarrillos con sabor excedían el límite de nicotina que establece la legislación de ese país. A partir de pruebas de laboratorio independientes, se determinó que los productos de la compañía china contenían entre 3 y 3.2 mililitros de nicotina, es decir, 50% más de lo que indica el Reglamento de Tabaco. En respuesta, Elfbar pidió disculpas y adujo que algunos lotes de sus productos se habían llenado en exceso.
En territorio británico, los productos de vapeo requieren una autorización de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios antes de que puedan venderse. Sin embargo, este procedimiento no implica necesariamente que la entidad realice pruebas a los dispositivos, sino que los fabricantes entreguen cierta información -por ejemplo: nombre del producto o la sustancia activa que contiene- para obtener la licencia, un procedimiento que apela a la buena fe.
Sin embargo, el exceso de nicotina no es el único incumplimiento que ha tenido la compañía en el Reino Unido. La Autoridad de Normas de Publicidad (ASA) prohibió los anuncios que exhibió en calles y buses en Londres al concluir que eran engañosos en torno a su compromiso con reciclar sus cigarrillos electrónicos. En palabras de la agencia británica, Elfbar no brindó toda la información sobre dónde y cómo podrían ser desechados, generando una idea equivocada de que podían ser reciclados en casa.
La Asociación de Gobierno Local, que agrupa a las autoridades locales en Inglaterra y Gales, ha pedido que los vapeadores desechables estén prohibidos a partir del 2024, pero las tabacaleras representadas por la Asociación de la Industria del Vapeo del Reino Unido se oponen con el argumento de que estos productos se pueden reciclar. Para la Asociación de Gobierno Local, esta afirmación no toma en cuenta la huella ambiental que están provocando estos dispositivos debido a que sus baterías de litio son inflamables y pueden producir incendios cuando los camiones de basura los trituran.
“Los vaporizadores de un solo uso están diseñados como una sola unidad, por lo que las baterías no se pueden separar del plástico, lo que los hace casi imposibles de reciclar sin pasar por un tratamiento especial”, agregó la asociación en un comunicado.
Una portavoz de Elfbar aseguró a la cadena BBC que “pedir una prohibición de los vaporizadores desechables no hará nada para abordar estos problemas", en referencia no solo a la enorme cantidad dispositivos que producen sino también a los sabores que se han vuelto populares entre los consumidores jóvenes. La empresa tampoco está de acuerdo con que se le imponga un impuesto similar al que se cobra a los productos de tabaco en Reino Unido, pues afirma que esto alentaría a los exfumadores a consumir cigarrillos electrónicos ilegales o volver a los cigarros tradicionales.
Los desechables en las redes
Los anuncios en redes sociales, a través de videos de influencers, apuntan a que los vapeadores desechables se conviertan en un elemento más del estilo de vida de la Generación Z. Las imágenes que Elfbar muestra en su cuenta central de Instagram refuerzan esta idea: una joven escaneando con su smartphone el código QR del cigarrillo electrónico y videos de chicas y chicos resaltando sus bondades como parte de la campaña por su quinto aniversario que se celebró con caravanas y shows de música electrónica.
En Perú, cuentas de Instagram publican colaboraciones con influencers como la modelo Lisbeth Mariano y un bar de Lima (McCarthys) para promocionar estos vapeadores. A pesar de varios intentos de comunicación y del envío de un cuestionario por correo, el departamento de prensa de Elfbar no dio declaraciones para este reportaje.
Como el país no tiene una regulación, las tiendas minoristas que venden cigarrillos electrónicos no tienen reparos en exponer a jóvenes vapeando en Facebook. Jack Vape Store, que importa desde 2019 distintas marcas como Elfbar y Lost Mary (ambas producidas por IMiracle Shenzhen Technology), lanzó una campaña junto a la cadena de tiendas Tambo para sortear entradas para el concierto de la cantante dominicana Tokischa. Tambo es un canal por el cual Jack Vape Store y otros minoristas distribuyen sus productos, pero estas tiendas no restringen el acceso a menores de edad como comprobó Salud con lupa en Lima.
Flavia Radovic, presidenta de la Comisión Nacional Antitabáquica (COLAT), dice que todo el márketing de la industria de vapeadores está bastante estudiado para generar una necesidad de consumo en los más jóvenes. Mientras que Perú todavía no tiene una política pública para evitar la exposición y consumo de estos productos entre los menores de edad, Reino Unido y Francia ya evalúan ampliar más restricciones sobre la base de evidencia científica que señala que nada de lo que se conoce hasta ahora resulta bueno para la salud de las personas.
Investigación: Alexandra Shimabukuro, Jason Martínez, Alicia Tovar y Fabiola Torres (Salud con lupa) / Enid López, Lucas Illanes, Avaguazu Escobar y Zaida Choque (ChequeaBolivia)
Este reportaje ha sido desarrollado como parte de un proyecto periodístico liderado por Salud con lupa con el financiamiento de Vital Strategies en nombre de Bloomberg Philanthropies. Su contenido es de responsabilidad exclusiva de los autores y bajo ninguna circunstancia debe considerarse que refleja las posiciones de los donantes.
Esta historia es parte de Redes de Nicotina, una colaboración internacional de informes sobre las tácticas de la industria tabacalera para promover una nueva generación de productos de nicotina a través de las fronteras.