Casi doce mil barriles de petróleo crudo fueron derramados en el mar de Ventanilla, en el Callao, hace cuatro meses. Desde entonces, distintos organismos públicos sancionaron a Repsol, la empresa operadora de la Refinería La Pampilla, por infringir las normativas ambientales y de hidrocarburos. Sin embargo, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) inició tardíamente un proceso administrativo sancionador contra esta compañía por los daños causados al ecosistema marino y a las especies que lo habitan, como pingüinos de Humboldt, gaviotas, cormoranes, piqueros, peces y nutrias. El proceso, que hasta la fecha no se resuelve, ha transcurrido en forma paralela a las renuncias y cambios de personal en puestos clave.
Desde el 15 de enero hasta el último jueves se habían producido 57 rotaciones de funcionarios de confianza, de acuerdo a las resoluciones publicadas en el portal web del Serfor, que tiene dentro de sus funciones la protección de la flora y fauna silvestre en el Perú. Salud con Lupa hizo este reporte de cambios sin contar los que fueron autorizados por períodos cortos debido a vacaciones o licencias del personal. El número equivale a un promedio de cuatro modificaciones por semana que terminan debilitando a la institución. Para Karla Gaviño, docente de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, la alta rotación impide que las políticas públicas maduren de forma adecuada y genera incertidumbre en el personal técnico, que se pregunta si ciertas medidas institucionales continuarán o si se priorizarán solo algunas.
Pero esa no es la única consecuencia. María Elena Sánchez, economista y especialista en políticas públicas, sostiene que la alta rotación de funcionarios también impacta en la ejecución presupuestal. A la fecha, el Serfor maneja un presupuesto de 156 millones de soles y registra el gasto más bajo dentro del sector Agrario y de Riego con 15 %, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas. A estas alturas del año, la Autoridad Nacional Forestal y de Fauna Silvestre debería estar por lo menos con el 30 % de ejecución presupuestal, como sí sucede con el Servicio Nacional de Sanidad Agraria, y Sierra y Selva Exportadora.
En estos cuatro meses, además, la tercera parte de las personas designadas tuvo que asumir una doble encargatura de manera temporal. Es decir, a un empleado se le asignó la responsabilidad de liderar un área además de las funciones que venía realizando, mientras se designaba a un nuevo titular. Para la abogada Gaviño, si bien esta práctica puede darse, no es lo más recomendable que sea constante porque las personas pueden terminar saturadas de trabajo o, incluso, poner mayor énfasis en una de las dos áreas que tienen a cargo.
Por ejemplo, Jaime Vásquez Silva era director general de la Oficina General de Administración y el 26 de enero asumió la Gerencia General del Serfor. Jorge Castro Trkovic, director de la Oficina de Planeamiento y Racionalización, también lideró la Gerencia General durante veintidós días hasta que se nombró a Germán Jaimes Ortega en el cargo el 12 de abril de este año. La lista de designaciones dobles es larga y también incluye al máximo representante de la institución: Hilario López Córdova. Este asesor se desempeña también como director ejecutivo del Serfor desde hace dos meses. Su predecesora, Levin Rojas Meléndez, también asumió la Dirección Ejecutiva durante cuatro meses mientras era asesora.
El escenario que se ha descrito no solo ocurre en plena emergencia por el derrame de petróleo. Al revisar las resoluciones firmadas por los tres últimos directores ejecutivos de este organismo: Jorge Amaya, Levin Rojas e Hilario López, se observa que en casi un año ha habido en promedio una designación cada cuatro días.
Una era con designaciones cuestionadas
Levin Rojas Meléndez se ha desempeñado como capacitadora social y especialista forestal en diversas asociaciones y empresas desde hace catorce años. El 2012 empezó a trabajar en la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Cajamarca como ingeniera forestal y en febrero de 2018 asumió de manera temporal la administración técnica de esa sede en reemplazo de Rosario Alva Martos, quien llevaba seis años en el puesto. Cuatro meses después, en junio de 2018, Rojas Meléndez dejó el cargo temporal para asumirlo de manera permanente hasta octubre de 2021, cuando empezó a laborar como asesora en la Dirección Ejecutiva del Serfor.
Catorce días después de ser designada asesora, asumió de manera temporal la Dirección Ejecutiva del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre mediante un decreto supremo firmado por el presidente Pedro Castillo y su entonces ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Víctor Maita Frisancho. Durante su gestión, Levin Rojas autorizó 45 cambios que finalizaron las labores de funcionarios de confianza, aceptaron sus renuncias o designaron a sus reemplazos. Esta cantidad tampoco incluye aquellos cambios temporales por pequeños períodos a causa de vacaciones o licencias de los trabajadores.
Mientras ejercía sus labores como directora ejecutiva, la Contraloría General de la República advirtió en febrero de este año que cuatro funcionarios de confianza del Serfor, designados por Levin Rojas en noviembre y diciembre de 2021, no acreditaron cumplir los requisitos para ser administradores técnicos o directores en la institución. Se trata de Henry Sanabria, Jorge Castro, Daniel Sánchez y Karla Paredes. El órgano de control señaló que no sustentaron haber ocupado cargos directivos o de asesoría por un periodo acumulado de tres años o no contaban con estudios en temas relacionados a sus funciones, pese a que eran requisitos obligatorios para ejercer sus funciones.
De las cuatro personas en mención, solamente Karla Paredes renunció a la administración técnica de la ATFFS Lambayeque dos meses después de su designación, según se observa en las resoluciones emitidas por el Serfor y el directorio actualizado de la institución. De acuerdo a Mayen Ugarte, especialista en gestión pública, si bien los informes de orientación de la Contraloría sirven para advertir a las instituciones de posibles errores, no había visto antes que no generen reacciones inmediatas. Asimismo, explica que cuando el órgano de control emite advertencias y estas no son resueltas se corre el riesgo de que a futuro se determinen responsabilidades administrativas mediante auditorías.
Estos no fueron los únicos funcionarios que incumplieron los requisitos mínimos de experiencia o formación académica. La propia Levin Rojas en su calidad de asesora y de directora ejecutiva tampoco estaba apta para ocupar ninguno de sus dos cargos, según otro informe de orientación de oficio, publicado también en febrero de este año por la Contraloría. El documento indica que ella solamente acumulaba tres años y diez meses de experiencia liderando equipos de trabajo, cuando se requieren como mínimo que sean cinco años para ocupar el cargo de directora ejecutiva. Esto no fue advertido por el Serfor ni por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
El informe también señala que la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) cuestionó la designación de Levin Rojas como asesora y solicitó que se deje sin efecto su designación porque no acreditó experiencia general de seis años como mínimo para asumir ese cargo. Días después, el Serfor refirió, mediante un comunicado, que sí cumplía con los requisitos que exige el clasificador de cargos de la institución y con las exigencias de las normativas actuales. A pesar de ese comunicado, Levin Rojas dejó de ser asesora dos semanas después.
El Servir también mostró que la directora de la Oficina de Comunicaciones, Jessica Limo, y la asesora Martha Chumpitaz no acreditaron tener los tres años requeridos de experiencia específica para desempeñarse en esos cargos. La primera fue designada por Levin Rojas en noviembre de 2021 hasta enero de este año; y la segunda, por el exdirector ejecutivo del Serfor, Jorge Amaya, en octubre de 2021 hasta febrero pasado.
La era Levin Rojas no solo estuvo marcada por algunas designaciones cuestionadas en sus 131 días como directora ejecutiva y por las salidas en bloque de funcionarios, ya sea por renuncias o porque se concluyeron sus designaciones. También hubo controversias por la demora en iniciar un proceso administrativo sancionador contra Repsol. El 28 de febrero, ante las críticas, la autoridad informó que los recientes cambios de directores se realizaron “con el único fin de fortalecer el liderazgo institucional, en aras de mejorar procesos y obtener resultados tangibles en todos los ámbitos donde interviene”.
Salidas significativas
La lista de funcionarios de confianza que dejaron de laborar en el Serfor en pleno desastre ecológico incluye a Guillermo Ramos Bardalez, quien estuvo como administrador técnico de la ATFFS Lima desde el 7 de enero hasta el 3 de marzo de 2022. Mientras se desempeñó en ese cargo firmó el acta que comprometió a la Refinería La Pampilla, por medio de Repsol, a “recuperar, rehabilitar y reincorporar a sus hábitats, previa evaluación, a los animales afectados por el derrame de petróleo” por un plazo de dos meses.
El documento caducó a finales de marzo y no fue renovado. Ni Serfor ni Repsol brindaron respuestas concretas a Salud con Lupa sobre las razones de la decisión cuando ya estaba al mando de la ATFFS Lima la servidora Rosa María Loza, quien también se desempeña como técnica forestal. Esta área del Serfor, además, ha demostrado poca transparencia para informar con detalles la situación de los animales silvestres afectados por petróleo.
Mediante una solicitud, pedimos al Serfor todos los registros de ingresos de especímenes al Parque de las Leyendas y sus reportes sobre el estado de salud, pero negó la documentación aduciendo que forma parte de un proceso administrativo sancionador, pese a que la solicitud fue realizada mucho antes de que iniciara este proceso. El Tribunal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la última instancia administrativa que resuelve controversias vinculadas al derecho al acceso a la información pública, determinará si esa información debe entregarse o no.
Jessica Gálvez-Durand Besnard trabajó desde el 2014 como titular de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre hasta el 23 de febrero de este año cuando fue reemplazada por Henry Sanabria Villalva, quien venía trabajando como director de Gestión Sostenible del Patrimonio Forestal. La salida de Gálvez-Durand, una funcionaria con casi 20 años de trayectoria profesional, coincidió con su solicitud de iniciar un proceso administrativo sancionador contra Repsol.
El mismo día que se dio por concluida la designación de Jessica Gálvez-Durand, otros tres directivos corrieron con el mismo destino: Enrique Manco Suni, director de la Oficina de Tecnologías de la Información; José Fiestas Ramírez, director de la Oficina de Servicios al Usuario y Trámite Documentario; y Juan Aldana Vílchez, director general de la Oficina General de Planeamiento y Presupuesto. En su lugar colocaron a funcionarios que desempeñaban otras labores en el Serfor, cargándolos con más trabajo.
