Essalud: Primeros en la línea de batalla y últimos en la cola de vacunación

El miércoles 10 de febrero, la técnica de enfermería Josselyn* esperaba la llamada que le indicaría cuándo iba a recibir la primera dosis de la vacuna. Eso era lo que les habían comunicado a ella y a sus colegas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Alberto Sabogal, pero no sucedió. En su lugar, empezó a circular de forma interna un listado donde sus nombres no figuraban.

Ese mismo día, médicos, enfermeras y técnicos hacían largas colas fuera del Hospital Rebagliati, en Jesús María, esperando recibir la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus. Pero su esperanza pronto se convertiría en indignación. Ante medios de comunicación, personal de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) denunció no estar incluido en el cronograma de vacunación. Peor aún: señalaron que en las listas sí había personal administrativo y trabajadores de áreas que no atienden casos Covid.

Hernán Ramos, vocero de EsSalud, respondió que la confusión se debió a un cambio del primer listado que envió el Ministerio de Salud, sin incluir a trabajadores de áreas UCI y emergencias. Sin embargo, afirmó que el problema ya había quedado corregido.

Hoy, siendo el tercer día de vacunación, está claro que los errores continúan. Un plantón realizado por médicos residentes del Hospital Almenara reclamó que ninguno de ellos, incluyendo a personal que atiende pacientes Covid-19 desde el inicio de la pandemia, figuraba en la lista de personas a vacunarse.

Flor Bazán, del sindicato de enfermeras de este hospital de EsSalud, lamentó que la desorganización haya dejado fuera del padrón de vacunación a enfermeras que laboran en áreas críticas y de emergencia. También el sindicato del cuerpo médico se pronunció para pedir que se revisen las listas. Nadie había sido informado sobre los criterios de selección y hasta el momento desconocen cómo se decidió quiénes iniciarían el proceso de vacunación en esta primera jornada.

En el Hospital Sabogal, en el Callao, Josselyn y sus compañeras de trabajo encontraron largas colas y listas que habían pegado en la pared con la relación de personas a vacunarse. La única explicación que les dieron es que pronto saldrá otra lista. Pero nadie les aclaró cuándo, o por qué no tuvieron prioridad en la elección. “Al llegar la vacuna, nosotras pensamos que al menos íbamos a estar protegidas. Pero no, vamos a tener que esperar y seguir”, señala.

Para Josselyn las dificultades son más emocionales que físicas. Ver pacientes morir, en muchos casos sin poder hacer nada, entrar a un área contaminada por doce horas seguidas, sin poder ir al baño o tomar agua, se suma a los ataques de ansiedad que llegan luego de una estancia prolongada al interior del área UCI. A todo ello se suma ahora un nuevo golpe, una vacuna que llegó como promesa de esperanza, pero que sigue sin estar a su alcance.

*Josselyn es una técnica en enfermería que ha preferido mantener su nombre en el anonimato para evitar represalias. Pero que desea que su mensaje llegue fuerte y claro a la ciudadanía.