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Vacunas covid-19 y cambios en el ciclo menstrual

Poco se ha estudiado sobre los cambios que la aplicación de las vacunas contra la covid-19 puede provocar en el ciclo menstrual. Por eso, diversas profesionales alrededor del mundo están reuniendo información sobre el tema.

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Los efectos secundarios más frecuentes de las vacunas contra la covid-19 son ampliamente conocidos: inflamación en el brazo, fiebre, fatiga y dolor de cabeza. Sin embargo, poco se sabe sobre los cambios que esta inmunización puede provocar en el ciclo menstrual.

Según un artículo publicado en la revista British Medical Journal por Victoria Male, profesora de Inmunología Reproductiva, hasta el 2 de septiembre se realizaron más de 30.000 informes que vinculan ciertas alteraciones en el ciclo menstrual con las vacunas contra la covid-19. Los reportes fueron ingresados en el esquema de vigilancia de la tarjeta amarilla, a cargo de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) del Reino Unido.

La MHRA sostiene que la evaluación de estos informes no respaldaría esta conexión, ya que el número de casos es bajo en relación tanto con la cantidad de personas vacunadas como con la prevalencia de los trastornos menstruales en general.

Lo cierto es que la preocupación de las mujeres sobre el tema no solo se manifestó en Reino Unido, sino en varios países del mundo. Por ejemplo, en España, la sexóloga y matrona Laura Cámara realizó una encuesta sobre la cuestión a través de las redes sociales y el 18 de marzo compartió los primeros resultados en su cuenta de Instagram: poco más de la mitad de las 2.827 mujeres que respondieron, reportaron alguna alteración en el ciclo menstrual, flujo o sangrado.

Cambios menstruales y respuesta inmune

La profesora Male detalla que se han informado cambios menstruales después de la inoculación de vacunas contra la covid-19 vectorizadas con mRNA y adenovirus, lo que sugiere que la conexión entre ellas y las alteraciones en el ciclo menstrual puede ser el resultado de la respuesta inmune, en lugar de un componente específico de las vacunas.

El ciclo menstrual puede verse afectado por la activación inmunitaria en respuesta a diversos estímulos, incluida la infección viral. Al respecto, un estudio de mujeres menstruantes demostró que alrededor de una cuarta parte de las infectadas con SARS-CoV-2 experimentaron trastornos menstruales.

Evidentemente, las células inmunes tienen efectos sobre las hormonas que impulsan el ciclo menstrual pero los mecanismos biológicos de estos efectos aún no han sido ampliamente estudiados. Por eso, una investigación sólida sobre esta posible reacción adversa de las vacunas resulta fundamental para garantizar el éxito general del programa de vacunación.

La vicepresidenta del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido, Pat O’Brien, expresó en un comunicado que es posible que estas alteraciones en el período se traten de una coincidencia temporal y no causal. “Muchas mujeres experimentarán un cambio temporal en sus períodos durante sus vidas. Y ahora mismo, muchas mujeres de 30 años están recibiendo la vacuna covid-19. Por eso parece inevitable que en algunas de ellas estos 2 eventos coincidan por casualidad”, argumentó.

De hecho, la mayoría de las mujeres que informó cambios después de la vacunación sostuvo que su periodo volvió a la normalidad en el siguiente ciclo.

Antecendentes

La bibliografía científica que relaciona el ciclo menstrual con las vacunas en general es escasa. Esto probablemente está relacionado con que la aplicación masiva de vacunas se da durante la infancia o en adultos mayores. Si bien hay vacunas que se aplican en la edad fértil, esto suele ser en casos puntuales. Por ejemplo, pacientes de riesgo contra la gripe o ciertos casos contra la fiebre amarilla. 

Un estudio realizado en Japón, enfocado en adolescentes que recibieron la vacuna contra el VPH (Virus del Papiloma Humano), mostró que las inmunizadas tuvieron un período menstrual abundante o irregular. Estos efectos fueron reversibles y de corta duración.

Curiosamente, dentro de la poca bibliografía, hay un trabajo de 1913 que sugiere que la vacuna contra la fiebre tifoidea tuvo un impacto temporal sobre el ciclo menstrual, aunque el investigador enfatiza que los efectos secundarios son mucho menores a los de la enfermedad y hace una observación atinada sobre el problema del beneficio “invisible” de las intervenciones preventivas: “Los pacientes no tienden a estar particularmente agradecidos por las reacciones (positivas) que pueda causar la vacuna y es solo la naturaleza humana que atribuyan a la vacuna todos los males durante los meses siguientes”.

La doctora Male, docente e investigadora del London Imperial College, explica que también se encontraron alteraciones de los niveles de hormonas sexuales en personas que recibieron la vacuna contra la gripe, durante el ciclo en el que se administró la vacuna. 

“Es probable que los cambios menstruales a corto plazo estén asociados con la vacunación en general, pero esta es la primera vez que vacunamos a tantas personas que tienen períodos al mismo tiempo, por lo que no lo hemos notado antes”, reflexiona Male.

Hay células inmunitarias en casi todas las partes del cuerpo, incluido el revestimiento del útero. Estas células inmunitarias desempeñan un papel en la construcción, mantenimiento y descomposición del revestimiento del útero, que se espesa para prepararse para un embarazo y luego se desprende en forma de período si el óvulo no se fertiliza.

“Después de la vacunación, circulan por el cuerpo muchas señales químicas que pueden afectar a las células inmunitarias, haciendo que el revestimiento del útero se desprenda y provoca así sangrado vaginal o períodos más tempranos”, explica Male.

“Aún no tenemos investigaciones que nos den respaldo completo, faltan estudios. Quizás haya pacientes que por mala información suspenden medicamentos que están tomando, como anticonceptivos orales o tratamientos reguladores de ciclo. O eventualmente influye el estrés. Pero no hay evidencias de que el trastorno menstrual sea un efecto secundario directo de la vacuna”, señala la ginecóloga costarricense Flory Morera González, directora científica de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (FLASOG).

En todos los casos, los especialistas insisten en que los efectos secundarios son leves, reversibles y que no deben disuadir a las mujeres de vacunarse. 

Vacunas y fertilidad

Entre las mujeres jóvenes, las dudas sobre las vacunas se deben, en gran medida, a informaciones falsas. Rumores que afirman que estas podrían dañar sus posibilidades futuras de embarazo. En este aspecto, Male indica que es probable que no investigar en profundidad los informes de cambios menstruales después de la vacunación alimente estos temores.

No hay evidencia de que la vacunación contra la covid-19 afecte negativamente la fertilidad. Un análisis realizado en el Reino Unido y publicado en Nature, indicó que, tras la aplicación de las vacunas de Pfizer, Moderna y Astrazeneca, el porcentaje de embarazos en el grupo control y en el grupo de mujeres que recibieron las inmunizaciones fue, prácticamente, el mismo.

En la misma línea, en las clínicas de reproducción asistida, las medidas de fertilidad y las tasas de embarazo fueron similares en pacientes vacunadas y no vacunadas.

Male argumenta que, si se confirma un vínculo entre la vacunación y los cambios menstruales, esta información permitirá a las mujeres planificar ciclos potencialmente alterados. La información clara y confiable es particularmente importante para quienes confían en poder predecir sus ciclos menstruales para lograr o evitar un embarazo.

Una lección importante sobre las alertas que están emitiendo las mujeres en varias partes del mundo es que los efectos de las intervenciones médicas sobre la menstruación no deberían ser una ocurrencia tardía en la investigación futura. Es poco probable que las participantes de estudios informen cambios en sus períodos a menos que se les pregunte específicamente. Por este motivo, se les debe solicitar información sobre los ciclos menstruales y otros sangrados vaginales en los ensayos clínicos futuros, incluidos los ensayos de las vacunas covid-19. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han puesto a disposición 1,67 millones de dólares para fomentar esta importante investigación.

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