Opinión

Comida con olor a corrupción 2x3

Comida con olor a corrupción

Las ollas comunes no piden caridad, exigen respeto. Pero lo que reciben es desprecio disfrazado de ayuda: alimentos de mala calidad, contratos otorgados a empresas sin experiencia y el silencio de quienes deberían investigar. En una ciudad donde el hambre crece, se normaliza la indolencia.


Leer más: