Cuando vamos a la sección de frutas y verduras de un supermercado encontramos alimentos que por fuera se ven frescos y apetitosos, pero no todo lo que se ve muy bien es garantía de saludable. El Segundo Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos* revela que nos están vendiendo vegetales contaminados con residuos de pesticidas por encima de los parámetros tolerables para ser considerados seguros, es decir, que no son aptos para el consumo humano. Esta vez el análisis incluyó 18 supermercados y mercados de las ciudades de Arequipa, Cusco, Huánuco y Huaraz, donde 46 de las 103 muestras llevadas al laboratorio salieron desaprobadas.
¿Podemos hacer algo? Sí. Desde el primer monitoreo ciudadano, Salud con lupa ha abordado en varios reportajes la urgencia de que las autoridades corrijan las fallas de la vigilancia sanitaria de los alimentos agropecuarios en el país, actualicen nuestra regulación sobre el uso de pesticidas peligrosos y promuevan prácticas de agricultura más sostenibles. Un conjunto de responsabilidades que comparten el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) y la Dirección General de Asuntos Ambientales Agrarios del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), así como la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) del Ministerio de Salud (Minsa). El problema está en que ambos sectores funcionan de manera desarticulada, lo que impide que tengamos un sistema de seguimiento, control y rastreo - que se conoce como trazabilidad - que garantice el buen funcionamiento de la cadena agroalimentaria en Perú.
En los últimos meses, ambos ministerios han tomado posturas que parecen subestimar la gravedad del problema de salud pública que significa la contaminación de los alimentos con pesticidas. En cartas enviadas a dos comisiones del Congreso donde se discuten dos proyectos de ley que apuntan a la restricción de uso de agroquímicos peligrosos han señalado que no hay nada que cambiar en el actual sistema de cómo vigilan los alimentos que salen del campo a la mesa de millones de peruanos. Tanto el Midagri com el Minsa han dicen que no son necesarias nuevas normas o disposiciones porque “el Senasa ya cuenta con todas las facultades e instrumentos” para decidir si seguimos usando pesticidas que en otros países ya fueron desaprobados o si priorizamos la salud humana y el medio ambiente. ¿Por qué no actúa entonces?
Los ministerios están en la misma línea que Cultivida, el gremio que agrupa a 23 empresas de agroquímicos en el país, entre las que figuran Bayer y Syngenta, las más grandes del mercado. En un oficio enviado al Parlamento, estas compañías han advertido lo mismo e incluso han deslizado que pueden demandar al Estado si desconoce sus derechos adquiridos con los registros de plaguicidas que venden en el país. Cultivida argumenta que, si se prohíben todos los plaguicidas de alta peligrosidad, “sería perjudicial en un contexto de fenómeno de El Niño en el que requieren de estas sustancias químicas para controlar las plagas” en los campos afectados por los eventos climáticos. Por eso, las iniciativas legislativas presentadas hace varios meses están estancadas en comisiones.
Pero ¿Qué podemos hacer como ciudadanos? No solo basta con buscar productos orgánicos de bioferias, sino que también necesitamos estar muy vigilantes y exigir que las autoridades rindan cuentas sobre su obligación de garantizar nuestro derecho a una alimentación segura. Hay abundante investigación científica que debe tomar en cuenta el Senasa para retirar pesticidas peligrosos y muy peligrosos del mercado peruano. Y los monitoreos ciudadanos que iniciamos este año demuestran que son necesarias reformas para que realmente funcione el control de la cadena agroalimentaria en el Perú y se evalúe el grado de exposición de los peruanos a los residuos de plaguicidas. En un país con un sistema de vigilancia sanitaria que funciona, si se encuentran trazas de agroquímicos por encima del nivel máximo en alimentos de mercados y supermercados, se evalúa si existe un riesgo agudo para la población y se toman medidas para evitar su consumo. Esperamos que nuestras autoridades responsables reaccionen.
*El Segundo Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos se hizo gracias a la alianza colaborativa que integran Salud con lupa, el Consorcio Agroecológico del Perú, la Red de Agricultura Ecológica, el Consorcio por la Salud, Ambiente y Desarrollo, Humundi, Islas de Paz, Eclosio, Arariwa y 11.11.11.