Ollas comunes
El cálculo imposible de las ollas comunes: ¿cómo repartir cuatro pescados entre trescientas personas?
Las reacciones lentas del gobierno, los precios más caros en los mercados, la disminución de donaciones de alimentos y los pocos soles que ganan con la venta de comida mantienen a las más de dos mil ollas comunes de Lima estancadas en una contienda interminable contra el hambre.
El hambre en nuestra memoria
Décadas atrás, las familias hacían colas interminables para comprar productos que alcanzaban para una comida al día. Algunos no tenían más opción que irse a dormir con el estómago vacío. Ahora, muchos peruanos hacen malabares para llenar sus ollas, frente a una crisis alimentaria que podría afectar a más de 15 millones.
Sobrevivir con una comida al día
Sin agua, sin leña y con escasos víveres, las 1,300 ollas comunes registradas por la Municipalidad de Lima resisten como pueden el retorno de la cuarentena. Aunque el presidente Francisco Sagasti aseguró que el Gobierno entregaría un bono para apoyo alimentario, la ayuda recién llegará a mediados de febrero.
El auxilio de las ollas comunitarias
Ante un Estado desorientado en el manejo del Covid-19, un grupo de mujeres peruanas se encarga de atender uno de los mayores problemas de la crisis: el hambre en los sectores más vulnerables de la capital.