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Más de 3 millones de personas están en riesgo muy alto por un déficit hídrico que se agrava con El Niño

La población más afectada vive en Cusco y Puno, dos regiones del sur del Perú que por la falta de lluvias han sufrido daños en sus actividades de agricultura y ganadería. La Ciudad Imperial se enfrenta también a un escenario de recorte de agua potable por el dramático descenso de la laguna Piuray.

Sonia Flores y su vaca han caminado más de una hora desde casa para llegar a la Feria Internacional de Ganado de Ácora, instalada sobre inmenso terreno al sur de la ciudad de Puno. Son las cuatro de la mañana y decenas de personas, vestidas con gruesas casacas y protegidas con mantas, intentan rematar aquí vacas, toros, corderos o alpacas que, a diferencia de otros años, están flacos porque no hay comida para darles. La falta de lluvias ha golpeado la agricultura y ha impedido el crecimiento de los pastos que sirven para alimentar al ganado.

“No hay forraje para alimentar a los animales, están perdiendo peso y sólo nos queda rematarlos para sobrevivir”, dice Sonia.

Este problema se ha intensificado en un año de alteraciones climáticas y la confirmación de El Niño, un fenómeno que cada vez se presenta más severo en un contexto de cambio climático, explica Sixto Flores, ingeniero meteorólogo y jefe del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) en Puno desde hace trece años. Si en 2022, Puno produjo 2.9 millones de toneladas de avena forrajera para el ganado, este año ha generado menos de la mitad.

La situación puede empeorar porque el Senamhi estima que hasta marzo de 2024 lloverá por debajo de lo normal, lo que generará veranillos más largos y el aumento de la temperatura en esta región del sur, donde solía haber unos 15° C. En el distrito de Ácora -donde predomina el comercio vacuno que mueve unos 7 millones de soles anuales- la temperatura durante los primeros días de octubre osciló entre los 20 °C y 24 °C, lo que afectó el crecimiento de pastos en zonas húmedas y redujo la disponibilidad de agua para la crianza.

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La economía de Sonia y de su familia siempre ha dependido de la crianza de vacas y su leche que vende en Ácora.
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Sonia Flores solía pagar 10 soles por cada bloque de 20 kilos de avena forrajera que utilizaba para complementar la dieta de su vaca Lola y otras cuatro vacas que pastorea. Ahora, para mantener a sus animales tiene que comprar al día al menos cinco bloques de forraje que cuestan el triple. Esto significa que tendría que invertir 150 soles diarios, un lujo que no se puede permitir porque sus ingresos han disminuido. Sus vacas producen menos leche y sólo le sirven para alimentar a su familia, mas no para la venta. En la feria de Ácora, Sonia logró rematar su vaca, pero le quedó un sinsabor porque apenas le dieron 1,200 soles, unos 800 soles menos de lo que le pagarían si estuviera en mejores condiciones físicas. El siguiente sábado volverá a la feria con las demás. Como ella, más de 240 mil productores agropecuarios están siendo afectados por la escasez de lluvias en el país.

Cusco y Puno, las más afectadas

Se estima que 3.7 millones de personas están en un nivel de riesgo muy alto por el déficit hídrico ante el fenómeno El Niño. La mayoría de la población que sería más afectada vive en Cusco y Puno, según una reciente investigación del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred). El déficit hídrico se presenta cuando la demanda de agua es mayor a la cantidad que tiene la fuente o que puede producir. Así, resulta insuficiente para satisfacer las necesidades de consumo humano y las actividades productivas esenciales, como la agricultura y la ganadería. Además, se afectan los ecosistemas y la biodiversidad.

En Cusco, la laguna Piuray, que abastece de agua a cerca de la mitad de los habitantes de esta ciudad, ha descendido casi dos metros durante los últimos meses. “Si en los próximos días el descenso llega a la bocatoma que provee de agua a la Ciudad Imperial a través de Seda Cusco, se tendría que cerrar el servicio de agua potable para un sector importante de la población”, advierte preocupado el presidente de la Microcuenca Piuray Ccorimarca, Leonardo Levita. Actualmente, más de 10 mil personas que viven en el distrito Chinchero —donde está la laguna Piuray— cuentan con agua potable apenas dos horas al día.

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Entre enero y marzo de 2024, el déficit de lluvias estaría centrado en la sierra central y sur del país.
Imagen: Senamhi

De acuerdo con Teresa Oré, socióloga experta en recursos hídricos e investigadora del Instituto de Naturaleza, Tierra y Energía de la PUCP, no sorprende que la situación en Cusco sea crítica. “El problema es que se debería haber previsto esta situación. Sin embargo, en nuestro país no se prevé nada, y parece que eventos naturales como el Fenómeno del Niño son considerados algo imprevisto”, apunta.

Mientras que en Puno, el nivel de la superficie del Titicaca ha descendido 77 centímetros en lo que va del año ante la escasez de las lluvias que alimentan el lago y a sus afluentes como los ríos Ramis, Coata, Ilave, Huancané, Lampa y Cabanillas que sólo han alcanzado entre el 41% y 87% de sus caudales habituales. El lago también se ha alejado varios kilómetros de las orillas en algunas zonas y ello ha afectado las actividades económicas de personas que dependen, tanto en la zona peruana como boliviana, de sus aguas para subsistir mediante el turismo, la pesca o el pastoreo de sus ganados.

La Oficina de Defensa Nacional y Gestión del Riesgo de Desastres del Midagri ha identificado, en base a información de diversas instituciones del Estado, que Puno, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, Lima, Pasco y Tacna sufrirán mayores problemas de disponibilidad de agua para el consumo y actividades agropecuarias en los siguientes meses. Por eso, el 23 de noviembre, el Gobierno declaró en emergencia 494 distritos de estas 13 regiones por el peligro inminente ante el déficit hídrico.

Durante 60 días, las autoridades de los gobiernos regionales y municipios tienen que ejecutar medidas para reducir los daños que sufrirá la población. Sin embargo, la realidad muestra que no todas las autoridades están preparadas para enfrentar esta grave situación a pesar de las alertas que se han emitido en los últimos meses y también en los últimos tres años.

Entre febrero y octubre de este año, el Gobierno ya había declarado mediante cuatro decretos supremos la emergencia en un total de 15 regiones que incluían a Moquegua y La Libertad. Sin embargo, recién en julio destinó 219 millones de soles para enfrentar el déficit hídrico y que, según el viceministro de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego, Christian Barrantes, se han invertido en la adquisición de 6,500 toneladas de alimentos para los animales, la rehabilitación y construcción de 430 pozos de agua, la implementación de cultivos hidropónicos, entre otras medidas.

Como se sabe, las empresas de agua y saneamiento en las regiones son administradas por las municipalidades en lugar de una entidad centralizada como Sedapal en Lima. El problema está en su falta de recursos y manejo técnico, lo que les impide construir y mantener infraestructura de buena calidad. Teresa Oré señala que se deberían haber construido reservorios modernos con tecnología avanzada, pero esto no ha ocurrido. “Seguimos con la misma infraestructura de hace 16 años, y no se destinan recursos económicos para mejorarla”, indica. Por eso, Perú tiene una de las más bajas capacidades de almacenamiento de agua en América Latina, según un informe reciente del Banco Mundial.

La paradoja del agua en Perú

“Perú es el octavo país en el mundo con mayor disponibilidad hídrica y posee casi el 2% del agua dulce en el planeta. La tasa promedio anual de agua disponible per cápita en el país es casi 59 mil metros cúbicos por habitante, pero las principales ciudades del país y muchas actividades productivas padecen de escasez de agua”, señala el ingeniero Máximo Hatta Sakoda, asesor de la Alta Dirección Autoridad Nacional del Agua.

Hatta se ha dedicado a estudiar este problema durante varios años y ha elaborado un informe con recomendaciones para remediar este absurdo. Entre ellas, deben considerarse políticas públicas—distintas al esquema tradicional que consiste en incrementar la oferta hídrica mediante obras hidráulicas con altos costos de inversión— que incluyan soluciones sustentadas en el mejoramiento de la eficiencia del uso y aprovechamiento de agua, así como la ocupación territorial de la población y actividades productivas en función de la oferta de agua de las cuencas hidrográficas. Esto pasa también, dice el experto, por el fortalecimiento de las entidades del Estado que gestionan los recursos hídricos en las cuencas hidrográficas.

En Cusco, la municipalidad provincial y la Seda Cusco están organizando mesas técnicas para la activación de un plan que permita responder a un escenario de emergencia por déficit de agua potable y mitigar los daños por las pérdidas de cultivos a raíz de la sequía, pero muy poco se ha avanzado hasta la fecha.

A comienzos de mes, el Gobierno Regional de Tacna anunció una inversión de 23 millones 891,776.51 soles para implementar 11 proyectos que garantizarán agua durante la emergencia en la región, donde 19 distritos están en riesgo. Según el gobernador regional, Luis Torres Robledo, se perforarán más pozos de fuente de agua subterránea para asegurar el abastecimiento de agua de consumo para la población y para las actividades de los agricultores de los distritos afectados. Estas perforaciones se harán en el sector Viñani, ubicado en el distrito Gregorio Albarracín. Esta medida es de carácter extraordinario, ya que la operación de pozos estará activa sólo hasta que se supere la crisis hídrica, pues se está poniendo en riesgo los acuíferos naturales que contribuyen a reponer y mantener los niveles de agua, así como la producción de pastizales que son alimento para los ganados que habitan en la sierra de Tacna.

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En todo el país de Puno 9.4 millones de hectáreas de pasto están en un nivel de riesgo muy alto ante la escasez de lluvias.
Foto: Liz Tasa

En Puno, la Defensoría del Pueblo advirtió que la plataforma del Sistema de Información Nacional para la Respuesta y Rehabilitación (Sinpad) no está siendo actualizada con información de las medidas previstas frente al déficit hídrico por parte de los municipios de la región y tampoco cuenta con las acciones para la atención de personas afectadas y damnificadas. Sólo 17 de 68 distritos en emergencia han subido información al sistema. De igual manera, de 97 distritos, apenas 15 reportaron planes de acción ante el déficit hídrico.

Si no hacemos nada para adaptarnos a los escenarios de crisis de agua proyectados, el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) advierte que para el 2030 más de la mitad de la población peruana vivirá en zonas con escasez de agua, principalmente por sus características geográficas, la falta de lluvias y el derretimiento de los glaciares.

Las 15 regiones y sus provincias declaradas en emergencia por el déficit hídrico este 2023

  • Áncash: Huaraz, Aija, Antonio Raymondi, Bolognesi, Carlos Fermín Fitzcarrald, Huari, Mariscal Luzuriaga, Ocros, Pallasca, Recuay, Sihuas, Yungay, Asunción, Pomabamba.
  • Apurímac: Abancay, Antabamba, Aymaraes, Andahuaylas, Cotabambas, Chincheros, Grau.
  • Arequipa: Arequipa, Camaná, Caraveli, Castilla, Caylloma, Condesuyos, Islay, La Unión.
  • Ayacucho: Huamanga, Cangallo, Huanta, La Mar, Huanca Sancos, Lucanas, Parinacochas, Paúcar del Sara Sara, Sucre, Víctor Fajardo, Vilcas Huamán.
  • Cusco: Cusco, Acomayo, Anta, Calca, Canas, Canchis, Chumbivilcas, Espinar, La Convención, Paruro, Paucartambo, Quispicanchi, Urubamba.
  • Huancavelica: Huancavelica, Acobamba, Angaraes, Churcampa, Huaytara, Tayacaja, Castrovirreyna, Churcampa
  • Huánuco: Huánuco, Ambo, Dos de Mayo, Huacaybamba, Huamalíes, Leoncio Prado, Marañón, Pachitea, Lauricocha, Yarowilca.
  • Ica: Chincha, Palpa, Pisco, Nasca.
  • Junín: Huancayo, Concepción, Chanchamayo, Jauja, Junín, Satipo, Yauli, Chupaca, Tarma.
  • Lima: Cajatambo, Canta, Huaral, Huarochirí, Huaura, Oyón, Yauyos.
  • La Libertad: Pataz, Santiago de Chuco.
  • Moquegua: General Sánchez Cerro, Ilo, Mariscal Nieto.
  • Pasco: Pasco, Daniel Alcides Carrión.
  • Puno: Puno, Azángaro, Carabaya, Chucuito, El Collao, Huancané, Lampa, Melgar, Moho, San Antonio de Putina, Sandia, Yunguyo, San Román.
  • Tacna: Tacna, Candavare, Tarata, Jorge Basadre.
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