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El negocio de las terapias sin evidencia prospera por falta de reglas claras

En Perú no existe un registro que alerte de tratamientos que, sin tener evidencia científica, se promocionan como curas milagrosas. Así, productos que tienen registro como alimentos o suplementos dietéticos, son utilizados por la población como si fueran medicamentos. Salud con lupa identificó que durante la pandemia se incrementaron las importaciones de productos como el agua arracimada.

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Composición: Johana Valer / Salud con lupa

El agua arracimada viene a ser como una estructura mucho más ordenada, como un racimo. Es como un hexágono que está así en filita, esas moléculas de agua están ordenaditas. Como están las moléculas ordenadas, van a ingresar fácilmente y van a hidratar las células de nuestro cerebro, de nuestros pulmones, de nuestro páncreas, de nuestros riñones, todo. La llaman en algunos lugares el agua milagrosa”, dijo el médico Hernán Condori, hoy ministro de Salud, en un vídeo grabado, según él, para sus familiares.

En la grabación, Hernán Condori señaló que el Cluster X2, agua arracimada de la empresa NHT Global, ayuda a los pacientes diabéticos. Además, en una reciente entrevista con el semanario Hildebrandt en sus trece, el ministro de Salud reveló que había dado agua arracimada a su padre, quien sufre de cáncer de páncreas. De acuerdo a distribuidores de NHT Global contactados por Salud con lupa, este producto también sería recomendable para pacientes con artrosis y artritis. Sin embargo, no existe evidencia científica rigurosa que permita avalar que el agua arracimada tiene algún beneficio para la salud.

Hernán Condori_agua arracimada Cluster X2 NHT Global
El médico Hernán Condori en un video en el que promociona el agua arracimada.

“Cuando se promociona un producto como una panacea, como algo que puede servir para todo, ahí sabemos que te están vendiendo un producto pseudocientífico, porque no tenemos en la ciencia médica actual ningún producto que pueda usarse para una amplia gama de enfermedades”, apunta el médico epidemiólogo Álvaro Taype-Rondán.

Las afirmaciones sobre las supuestas propiedades del agua arracimada o agua hexagonal han sido desmentidas por investigadores tanto de Perú como del extranjero. Aún así, Cluster X2 —que solo tiene registro sanitario como bebida para diluir— es el segundo producto que más importa la empresa NHT Global Perú. Además, según pudo comprobar Salud con lupa, las importaciones de agua arracimada se incrementaron durante la pandemia.

Entre 2020 y 2021, se importaron más de 14 mil frascos de Cluster X2 de Estados Unidos; casi el doble que la cantidad que ingresó al país en años anteriores. Hay que resaltar, además, que el agua arracimada no es un producto barato. En plataformas de venta por Internet, puede costar más de S/ 300.

Como alertó Salud con lupa anteriormente, Perú no cuenta con un registro de terapias pseudocientíficas. Es decir, no existe un listado que la población pueda consultar para saber qué sustancias tienen eficacia comprobada y cuáles no. Ese vacío hace posible que empresas, distribuidores e incluso médicos promuevan el uso de productos alimenticios, dietéticos o cosméticos como si fueran medicamentos.

Un negocio basado en la desinformación

Carlos*, de 53 años, ingresa a una tienda de abarrotes al sur de Lima para preguntar por los suplementos naturales que se promocionan en una pequeña pancarta afuera. Le comenta al dueño de la tienda que tiene diabetes. Quiere saber si esos productos están contraindicados para su enfermedad.

—La diabetes no es una enfermedad. Los médicos siempre tratan con medicamentos, pero el medicamento empeora la diabetes. Nosotros para los diabéticos damos así, la ganoterapia —le dice el vendedor.

El producto que mostraba es Reishi Gano, que tiene como insumo principal al Ganoderma lucidum, un hongo al que se le atribuye el poder de “eliminar la diabetes”. Sin embargo, de acuerdo a una revisión sistemática publicada en 2015, los estudios clínicos sobre el uso de Ganoderma lucidum son poco confiables y la poca información rescatable indica que este hongo no es un tratamiento efectivo para reducir glucemia, presión arterial o colesterol en pacientes con diabetes. Uno de los estudios incluso mostró que los participantes que recibieron Ganoderma lucidum experimentaron un mayor riesgo de efectos perjudiciales leves como náuseas, diarrea y estreñimiento.

Además de Reishi Gano, a Carlos le ofrecen Lingzhi Coffee y Cocozhi, café negro en polvo y una bebida de chocolate que cuentan con extractos de Ganoderma. El distribuidor de DXN aclara que los productos de la ganoterapia “son alimentos, no medicinas”. Sin embargo, les atribuye propiedades terapéuticas. También aclara que él no es médico. Aún así, da indicaciones como si lo fuera.

—Tomas dos pastillitas dos veces al día. Si en la semana no sientes nada, aumentas una pastilla más cada vez. De ahí cuando el producto llega a la mala sangre para limpiar, empieza a subirte el azúcar. La gente piensa que el producto le está haciendo daño, eso piensan la mayoría de diabéticos, pocos pasan—explica el vendedor. Él añade que otro producto que logra resultados parecidos es el StemRenu, de NHT Global. La misma empresa del agua arracimada.

De acuerdo a su registro ante la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), StemRenu es una mezcla en polvo con clara de huevo, harina de algas, sábila, té verde, maca, uva y pimienta negra. Según la web de NHT Global, StemRenu ayuda al cuerpo a rejuvenecer, promueve una recuperación veloz y contrarresta los efectos del estrés, aunque la empresa aclara que esas afirmaciones no han sido ratificadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Pero sus distribuidores van más lejos: aseguran que StemRenu “reactiva nuestras células madres” y lo recomiendan para pacientes con cáncer, diabetes, Parkinson, obesidad, tumores, órganos dañados, várices, celulitis, parálisis, depresión, herpes y más, según se lee en anuncios de Mercado Libre. Este producto puede costar más de S/ 400.

En 2019, Salud con lupa ya había reportado casos de publicidad engañosa en la industria de productos naturales, que pese a tener registro de alimentos, se promocionan como medicamentos. Esta vez no son directamente las empresas las que incurren en el engaño, sino sus distribuidores. “Es común que estos productos se importen como suplementos nutricionales nada más. Para eso no tienen que pasar una prueba más allá de demostrar que no te van a hacer mucho daño. Pero cuando ya los venden, les dan otras propiedades”, comenta el investigador Álvaro Taype-Rondán. Si bien puede haber cierta evidencia de que algunos de sus componentes alivian síntomas específicos, no se puede concluir que un producto es eficaz sin ensayos clínicos.

Una de las señales de la pseudociencia es justamente que se presenta con un lenguaje que aparenta ser científico y una señal para reconocer que estamos ante un tratamiento pseudocientífico es que suele ir acompañado de grandes promesas. Además no existen aún normativas que regulen la comercialización de dichos productos, indica Claudia Matos, ex gerenta de Medicina Complementaria de EsSalud.

La mayoría de productos identificados en este informe son alimentos, pero también figura un cosmético: el gel Alura Lux. En su web, NHT Global indica que refresca y humecta la piel, mientras que sus distribuidores afirman que tiene propiedades tan diversas como aliviar migrañas, curar heridas en la piel, mejorar la lubricación vaginal y elevar la fertilidad. Su costo puede superar los S/ 300. La demanda por este producto parece haberse incrementado durante la pandemia. En 2021, se importaron 5 118 unidades, casi el doble que en 2019.

¿Por qué las personas confían en productos y tratamientos sin evidencia científica? El caso del ministro de Salud, Hernán Condori, nos brinda pistas al respecto.

Según relató Condori recientemente, una persona le dijo que su padre con cáncer había mejorado luego de darle agua arracimada. “¿Usted qué hace si su padre tiene eso? Yo agarré y le he dado a mi padre [...] Ojalá que le haga bien. ¡Una esperanza!”, contó el ministro. Pese a ser médico, su fe en ese testimonio y la información que encontró en Internet resultó más grande que su confianza en la medicina convencional. “La quimioterapia y todas esas cosas sabemos cómo terminan”, declaró Condori. Ese razonamiento es común en las personas que recurren a terapias pseudocientíficas.

“A mí me funcionó”

El distribuidor de DXN, un hombre de más de 60 años, le cuenta a Carlos que él mismo probó la ganoterapia luego que le dijeran que tenía principios de diabetes.

—El doctor me daba mi pastilla, tomaba todos los días y nada mejoraba. En eso entró una señora y me dio así [el producto con ganoderma]. Todo me limpió: los riñones, la próstata, el riñón, hasta la tos seca que tenía.

Cuenta que estuvo casi ocho meses expulsando toxinas con la ganoterapia, un proceso difícil y que a muchas personas les da miedo. “Pocos pasan, pero una vez que soportas eso, ya no vas al médico”, le dice a Carlos, quien es paciente de diabetes.

De acuerdo con un estudio publicado en 2020 por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, uno de los puntos de partida para que las personas confíen en terapias sin evidencia científica es la desconfianza en la ciencia y en el sistema sanitario. En ese sentido, la medicina convencional se asocia a incertidumbre, efectos negativos para la salud y una base artificial. En contraste, los tratamientos alternativos son percibidos como seguros, sin riesgos y con una base natural.

Además, existe la convicción de que estas terapias tienen resultados positivos para las personas. Así, cualquier cuestionamiento sobre los tratamientos pseudocientíficos se resuelven con decir “a mí me funcionó”.

Claudia Matos indica que una posible explicación de que existan “casos de éxito” al consumir productos pseudocientíficos es el efecto placebo. “El efecto psicológico que acompaña la administración de una sustancia, puede hacer que uno crea que ya no le duele, pero el cáncer no se fue. Puede que te sientas bien, pero el cáncer sigue ahí”, dice la especialista en medicina complementaria.

Hay otra explicación para que, luego de recurrir a un tratamiento sin evidencia, un paciente pueda experimentar una mejoría: el desarrollo natural de una enfermedad.

“Usualmente las enfermedades tienen puntos álgidos y luego bajan. Aumenta el dolor por unos días, por unas semanas, y luego bajan. Muchas veces las personas acuden a estas pseudoterapias cuando el dolor ha aumentado”, apunta el epidemiólogo Taype-Rondán. Es decir que, si una persona recurre a un producto pseudocientífico cuando está en un punto alto de dolor, y luego ese dolor baja, no necesariamente se debe al producto. El resultado sería el mismo sin tomar nada.

Al no existir un registro que alerte sobre terapias pseudocientíficas y tampoco reglas claras para la práctica de medicina complementaria en nuestro país, gran parte de la población sigue confiando en productos y tratamientos caros cuya eficacia no ha sido demostrada.

“¿Quién en el Perú no puede optar [por tratamientos alternativos], si tu familiar tiene una enfermedad grave, y la ciencia no puede hacer nada?”, dijo el ministro de Salud, Hernán Condori, frente al Pleno del Congreso. Lamentablemente, no hay pruebas de que el agua que cuesta S/ 300 traiga beneficios para un paciente. Lo que sí queda claro es el beneficio para quienes la venden.


*Se mantiene en reserva la identidad del paciente.

Salud con lupa buscó conocer qué medidas toman las empresas NHT Global Perú y DXN International Perú al identificar que sus distribuidores hacen publicidad engañosa de sus productos, pero ninguna respondió a nuestros correos.

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