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Una mujer estaba perdiendo mechones de cabello. ¿Cuál era la causa?

Solemos perder unos 100 ó 150 cabellos a diario, pero la pérdida de más de esa cantidad en una lavada o cepillada no es normal. Hay varias razones o condiciones de salud que pueden ser la causa. La más desconcertante es la alopecia areata.

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La repentina caída del cabello puede parecer alarmante, pero podría ser ocasionada por un periodo temporal de estrés y es posible que vuelva a crecer.
(Gracia Lam/The New York Times)

Hace poco una mujer de mi grupo de tejido preguntó si sabíamos dónde podía comprar una peluca canosa. A pesar de que parecía tener una cabellera abundante, aseguró que se le caían mechones de cabello cada vez que se lo cepillaba o lo lavaba. Evidentemente estaba muy angustiada por lo que sucedía y dijo que no quería esperar a estar calva para encontrar algo que sustituyera su cabello cano natural. También se preguntó por qué le sucedía esto de repente y cómo podía detenerlo. El dermatólogo que consultó le hizo algunas preguntas y le sugirió una causa probable. Tres meses antes, mi amiga se había sometido a una cirugía por cáncer de colon y, como si eso no hubiera sido suficiente estrés, desarrolló una infección posoperatoria grave.

La consecuencia tardía, una especie de pérdida de cabello difusa llamada efluvio telógeno, estaba provocando que se le cayeran mechones de pelo de manera espantosa. La buena noticia era que no padecía ningún otro mal físico ni psicológico y que, al cabo de un año, lo más probable era que recuperara su volumen normal de cabello y pudiera donar la peluca que compró a alguna mujer de cabello cano a punto de someterse a quimioterapia.

En un libro que describe los síntomas llamado “Am I Dying?! (¡¿Me estoy muriendo?!)”, de los doctores Christopher Kelly y Marc Eisenberg, ambos asociados al Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, el capítulo sobre la pérdida del cabello describe de manera sencilla las tres etapas del crecimiento normal del cabello y las razones por las que podría interrumpirse. En circunstancias normales, las personas tienen entre 100.000 y 150.000 cabellos en la cabeza y cada folículo capilar tiene su ciclo de crecimiento independiente.

Sin contar algún padecimiento subyacente, aproximadamente el 90 por ciento de tu cabello se encuentra en la fase anágena o de crecimiento, la cual puede durar años y tener como resultado largos rizos a menos que los cortes. El diez por ciento restante se encuentra en fase catágena, que dura entre cuatro y seis semanas, y durante la cual los folículos capilares comienzan a debilitarse, o en la etapa telógena o de descanso, que dura dos o tres meses, que es cuando el cabello está listo para caerse y terminar en el cepillo, tu ropa o en la regadera.

Es normal perder aproximadamente 100 o 150 cabellos en fase telógena cada día, pero la pérdida de 100 o más cabellos en una lavada o cepillada no es normal y es probable que, como sucedió con mi amiga, sea causa de alarma. Eso puede suceder cuando los folículos capilares de la fase anágena progresan prematuramente hacia la fase telógena y tienen como resultado una pérdida anormal de cabello dos o tres meses después.

En el capítulo destinado a la caída del cabello en el libro de los síntomas, editado por Lindsey Bordone, profesora adjunta de Dermatología en la Universidad de Columbia, los autores señalaron que “el estrés intenso asociado con las cirugías, la pérdida de peso, los partos y otras experiencias emocionales, puede provocar que la mayoría de tus cabellos entren en fase telógena. Puesto que esta etapa dura tres meses en promedio, la mayoría de tus cabellos comienzan a caerse después de que has eliminado el factor que te provocó estrés” haciendo que te preguntes por qué está sucediendo y qué podrías hacer para revertirlo.

Por suerte, hay una respuesta sencilla a esta pregunta. Asumiendo que el suceso estresante ha concluido, considera conseguir una peluca, un pañuelo para la cabeza, un turbante, una gorra o un sombrero y espera a que te crezca el cabello de nuevo. Puedes tener la certeza de que, si la pérdida de cabello fue provocada por un factor estresante temporal, volverá a crecer, pero se recomienda tener mucha paciencia. El crecimiento no es perceptible durante cuatro o seis meses y podría tardar entre doce y dieciocho meses en llegar a una apariencia cosméticamente aceptable. Los médicos afirman que en realidad no hay nada que pueda acelerar el proceso, así que no gastes tu dinero en suplementos y otros remedios no médicos para la caída del cabello.

Otras causas posibles de la caída difusa de cabello en etapa telógena incluyen una tiroides hiperactiva o hipoactiva, en la que el crecimiento normal se restaura una vez que la anormalidad hormonal se corrige. Varias enfermedades crónicas o inflamatorias, enfermedades autoinmunes o infecciones crónicas también podrían causar la caída difusa de cabello en etapa telógena.

Las deficiencias nutricionales, en especial de hierro o zinc, proteínas, ácidos grasos o vitamina D, son otra causa probable, además de la restricción extrema de calorías o dietas de choque. Según Bordone, sin importar tus sospechas, se recomienda ampliamente hacerse una revisión médica minuciosa para determinar una causa específica para la caída difusa de cabello que, con frecuencia, se puede corregir.

La pérdida de cabello en la fase anágena nunca es normal y lo más habitual es que sea resultado de una exposición a un tóxico como un tratamiento con medicamentos contra el cáncer. La pérdida de cabello anormal por lo general comienza a notarse una semana o dos después del inicio de la quimioterapia y es más evidente a los dos meses. Hay más probabilidades de que el cuero cabelludo se vea afectado, pero también podría presentarse en el vello facial y corporal. No obstante, el cabello comenzará a crecer de nuevo unas semanas después del término de la quimioterapia.

Otra de las causas de la caída del cabello en fase anágena que puede ser permanente es la radiación y el envenenamiento con metales pesados. Además de los medicamentos quimioterapéuticos, otros fármacos que pueden causar la pérdida de cabello son la warfarina, los esteroides, las píldoras anticonceptivas, el litio, las anfetaminas y los suplementos de vitamina A, aunque el cabello volverá a crecer una vez que se suspenda su ingesta.

La caída de cabello más común es la relacionada con la edad y no se asocia con ninguna enfermedad, deficiencia subyacente ni situación de estrés. Se trata de la alopecia androgénica, comúnmente llamada calvicie de patrón masculino o calvicie de patrón femenino cuando afecta a las mujeres. Este tipo de pérdida de cabello es más común en hombres de raza blanca y afecta más o menos a la mitad de la población masculina a los 50 años aproximadamente. Las mujeres de raza blanca suelen mantener su cabello más tiempo, aunque alrededor de la tercera parte de ellas experimenta una caída indicada por un adelgazamiento general del cabello cerca de los 70 años, según reportaron los médicos de la Universidad de Columbia.

Hay muchos medicamentos disponibles que pueden ayudar a combatir la alopecia androgénica, al menos hasta cierto punto. Uno de ellos es el minoxidil, una crema para el cuero cabelludo que se vende como Rogaine, entre otras marcas; otro es una píldora llamada finasterida que se vende como Propecia. La finasterida puede ayudar a encoger una próstata crecida y mejorar la micción, pero puede ocasionar disfunción eréctil en el uno por ciento de los hombres.

Las mujeres también pueden usar el minoxidil para combatir el adelgazamiento del cabello ocasionado por la alopecia androgénica; sin embargo, algunas mujeres contribuyen a la caída cuando optan por peinados apretados como una cola de caballo o trenzas que tensan el cabello, prácticas que han provocado que los médicos de la Universidad de Columbia recomienden dejarse el cabello suelto.

La forma más desconcertante de caída del cabello se llama alopecia areata y es el resultado de un ataque del propio sistema autoinmune contra los folículos capilares. Por lo general, tiene como consecuencia parches de calvicie del tamaño de una moneda en la cabeza, aunque el ataque del sistema autoinmune también puede afectar la barba de un hombre, todo el cabello de la cabeza de una persona o el vello de todo el cuerpo. El cabello vuelve a crecer al cabo de un año en la mitad de los pacientes aproximadamente, aunque según los médicos, en ocasiones puede volver a presentarse la caída del cabello.



c.2020 The New York Times Company

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