¿Cuánto ha cambiado la fiscalización del uso de residuos tóxicos en el cultivo de frutas y verduras que luego se venden en los mercados del Perú? Para responder esta pregunta empezamos el Tercer Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos, una iniciativa que se realiza para aportar evidencia sobre el estado de los alimentos agropecuarios. Esta mañana iniciamos las actividades en el Mercado Mayorista de Santa Anita con la recolección de muestras de cuatro tipos de frutas y verduras altamente consumidas por los peruanos: tomate, apio, cebollita china y pimiento.
En este proceso estuvieron presentes el notario público Jorge Gonzales y el abogado especializado en defensa del consumidor, Jaime Delgado, coordinador del monitoreo ciudadano. En total, se tomaron 12 muestras de alimentos en tres puestos del mercado para someterlas a un análisis multiresiduos que permite identificar más de 700 moléculas químicas presentes en los plaguicidas.
Cada muestra se colocó en bolsas herméticas con el nombre de cada puesto para que el laboratorio Merieux Nutrisciences, acreditado por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), realice el análisis. Esta vez, a diferencia de los primeros dos monitoreos, estuvieron presentes Benjamín Vila, de la Dirección de la Autoridad Nacional de Protección del Consumidor del Indecopi, y Juan Carlos Parra, encargado del laboratorio del Senasa. Esta última entidad es responsable de vigilar el uso de plaguicidas con que se cultivan los alimentos.
“Por primera vez, algunas autoridades están acogiendo este clamor ciudadano de la necesidad de mejorar las condiciones en las que estamos consumiendo los alimentos”, dijo el abogado Jaime Delgado a Salud con lupa.
El Tercer Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos se realiza gracias a una alianza en la que participan Salud con lupa y más de 10 organizaciones civiles. Entre ellas están el Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA), el Consorcio Agroecológico del Perú (CAP), la Red de Agricultura Ecológica del Perú (RAE), el Consejo Regional de Lima Metropolitana del Colegio de Nutricionistas, Iles de Paix, Islas de Paz Perú, el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo del Sur (Descosur), 11.11.11, Asociación Arariwa, Humundi, Eclosio, Unión Europea, Diakonía, Ruway y el Instituto de Desarrollo Local.
En los siguientes días se recolectarán también alimentos en los mercados mayoristas Puelles de Huánuco, Vino Canchón de Cusco, Chalhua de Huaraz, y Palomar de Arequipa, en presencia de notarios públicos y de autoridades regionales. Se analizarán en total 60 muestras de frutas y verduras de estas ciudades y de Lima.
Los resultados serán publicados en una conferencia de prensa en las próximas semanas y permitirán conocer si los alimentos que se venden, tanto en el Mercado Mayorista de Santa Anita como en los otros establecimientos del país, son aptos para el consumo humano. Recordemos que, en 2017, la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud estableció los Límites Máximos de Residuos permitidos en los alimentos. Si superan los niveles permitidos, los alimentos no deben consumirse para no poner en riesgo la salud de las personas.
El tercer monitoreo permitirá conocer si se siguen usando plaguicidas que ya están prohibidos en nuestro país por su alta toxicidad, como metamidofos y carbofurano, restringidos en 2020 y 2022, respectivamente. Además, desde agosto de 2024, está prohibido el clorpirifos, una sustancia relacionada con alteraciones endocrinas. Con este estudio también sabremos si estos alimentos pasan o no estándares de seguridad de presencia de plaguicidas más estrictos, como los que tienen Estados Unidos y los países de la Unión Europea.
Pese a que los municipios son responsables de la vigilancia sanitaria de los alimentos que se venden en los mercados, la Municipalidad Metropolitana de Lima dijo que no podía participar en esta actividad por no tener personal disponible.
Los monitoreos ciudadanos iniciales
En 2023, Salud con lupa, en alianza con un grupo de organizaciones civiles, realizó los dos primeros monitoreos ciudadanos sobre la presencia de pesticidas en alimentos que se venden en mercados y supermercados en diferentes regiones del país. Los resultados fueron claves para evidenciar un problema del que poco o nada se hablaba: la presencia de tóxicos en las frutas y verduras que llevamos a nuestros platos.
El Segundo Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos abarcó 18 supermercados y mercados de las ciudades de Arequipa, Cusco, Huaraz y Huánuco. De las 103 muestras de tomate, lechuga, apio, pimiento, cebolla china y papa blanca que se tomaron en agosto, 46 de ellas resultaron no aptas para el consumo humano. Sólo la papa blanca no excedió los límites de residuos de plaguicidas.
La lechuga obtuvo el peor resultado. De 18 muestras sometidas al análisis multiresiduos, 15 contenían restos de 28 tipos de plaguicidas que no se deben aplicar a este alimento, según el Senasa. Por ejemplo, en la lechuga se halló clorpirifos y clorfenapir, dos sustancias que tienen baja solubilidad en agua y que, por lo tanto, no es posible eliminar de la superficie de sus hojas luego de lavarlas.
Para el Primer Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos se tomaron muestras de ají amarillo, apio, fresa, beterraga, pimiento, cebollita china y tomate en seis supermercados de Lima y Callao: Metro, Tottus, Wong, Plaza Vea, Vivanda y Minka. 51 de las 84 muestras contenían plaguicidas por encima del límite máximo permitido y por lo tanto no debían ser consumidas.
Pesticidas hallados en alimentos vendidos en supermercados
Los siguientes tipos de alimentos, vendidos en supermercados de Lima y Callao, superaron los límites máximos de residuos de plaguicidas permitidos para ser consumidos. Los resultados se basan en análisis multiresiduos de plaguicidas realizados por los laboratorios certificados Mériux NutriSciences-Perú y Normec Groen Agro Control. El símbolo significa que el alimento tuvo agroquímicos en exceso; mientras que el significa que no los tuvo o la cantidad hallada fue menor a los límites máximos establecidos por las normas sanitarias.
Las muestras de cebollita china tuvieron las más altas concentraciones de plaguicidas y fueron recogidas en los supermercados Metro, Tottus, Plaza Vea y Wong. El análisis halló hasta cuarenta veces más cantidad de plaguicidas que lo permitido, principalmente de los pesticidas procimidona, fipronil y clorpirifos-etil. Este último agroquímico no se puede usar recién desde agosto pasado.
Tras la publicación del primer y segundo monitoreo, desde el Congreso de la República se presentaron dos proyectos de ley para prohibir el uso de plaguicidas catalogados como sumamente peligrosos y muy peligrosos por la Organización Mundial de la Salud, como el glifosato, mancozeb e imidacloprid. Sin embargo, por el desinterés de los parlamentarios se quedaron estancados en la Comisión Agraria.
Se concretaron también reuniones con cinco instituciones del Estado: el Senasa, la Digesa, la Contraloría, el Indecopi y el Ministerio Público, para explicarles los hallazgos y conocer qué acciones tomarán ante este grave problema que pone en riesgo la salud de las personas y el ecosistema en general.
En este tiempo, hubo pocas acciones concretas. Ahora trabajamos en el Tercer Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en los Alimentos para exigir rendición de cuentas a las autoridades sobre su labor en un problema que pone en peligro la salud pública.
